Un nuevo artículo dedicado en este caso a la abdominoplastia.
La importancia del cuidado de la imagen ya ha sido tratada varias veces en este blog, haciendo hincapié en temas diversos, tales como:
- Importancia de elegir un centro profesional.
- Prevención de las arrugas y tratamiento de los surcos nasogenianos.
- Solución de la alopecia.
- Patologías que inciden en la salud capilar.
- Utilidad de productos dermocosméticos, como las cremas hidratantes.
Vivimos en una sociedad en la que el físico de una persona juega un papel primordial, lo cual unido a la exigencia de ser productivos al máximo, vivir una vida feliz y exitosa, puede hacer que determinados sujetos con una cierta predisposición genética, se vean abocados a sobrellevar su estrés con la comida, surgiendo diversos trastornos del comportamiento alimentario como el trastorno por atracón o la alcohorexia, entre otros.
En más de una ocasión se olvida que ni los cosméticos, ni los tratamientos más novedosos, pueden subsanar problemas cutáneos que tienen que ver con una alimentación inadecuada, ya sea por el tipo de dieta o por el consumo de productos promocionados hasta la saciedad, pero carentes de valor nutricional (un ejemplo, los productos detox). En otros casos los problemas relacionados con el sueño (insomnio, sueño no reparador), la ausencia de ejercicio físico, …, son factores que actuando por mecanismos diferentes condicionan la salud de la piel, y consecuentemente su aspecto más o menos radiante.
Si a esto se le une la cantidad de fake news y pseudociencias que proliferan hasta de debajo de las piedras, a modo de remedios mágicos, el resultado ya puede ser caótico.
En definitiva, la sociedad nos pide tener una imagen 10 sin prestar demasiada atención a las consecuencias derivadas de no llevar un estilo de vida saludable, las cuales aparecerán antes o después en forma de problemas cardíacos, circulatorios, trastornos mentales, envejecimiento prematuro, demencias y otra serie de males que condicionarán enormemente la salud del afectado, así como su calidad de vida.
Una vez planteada ya la situación imperante en el mundo occidental, pasamos a “entrar en harina” y desarrollar en profundidad el tema objeto del presente artículo, señalando la importancia que tiene que ante cualquier acto médico se acuda a un centro especializado, a la vez que se conozcan todas las posibles dudas que el paciente pueda tener con respecto al procedimiento en cuestión.
¿Qué es una abdominoplastia?
La abdominoplastia, también conocida como lipectomía del abdomen o cirugía del abdomen, es una cirugía estética que ayuda a mejorar la apariencia del abdomen, eliminando el exceso de piel y grasa de esta zona corporal, a la vez que se reposiciona la musculatura de la pared abdominal.
Muchas personas, hombres o mujeres, intentan tener un abdomen plano y bien tonificado, para lo cual suelen realizar ejercicio y cuidar su alimentación.
Sin embargo, hay casos en que estas opciones no son suficientes y es entonces, cuando se recurre a la cirugía.
Habitualmente no suele haber una razón de salud para someterse a este procedimiento. Casi siempre, el objetivo es conseguir un vientre plano y una cintura más delgada, reduciendo notablemente la flacidez y abombamiento del vientre.
Sin embargo, también existen casos en los que bajo grandes colgajos de piel, es frecuente el picor y las infecciones cutáneas, debidas en muchas de estas situaciones a la humedad, como consecuencia del calor y la sudoración. En estas personas también estaría indicada la abdominoplastia.
¿Por qué incluso en personas sin problemas de obesidad aparece ese abdomen flácido y caído?
Las respuestas a esta pregunta, pueden ser varias, incluyendo factores muy diversos:
- Genética.
- Embarazos.
- Envejecimiento.
- Importantes cambios de peso.
- Cirugías anteriores.
Antes de finalizar este apartado, conviene tener claro que se distinguen varios tipos de abdominoplastia (abdominoplastia completa, miniabdominoplastia, abdominoplastia extendida, abdominoplastia en flor de Lis, abdominoplastia inversa), las cuales tienen ciertas diferencias.
La elección de la abdominoplastia a llevar a cabo dependerá de las características particulares del paciente en cuestión. En cualquier caso, es obvio que el sujeto habrá de ponerse en manos de profesionales y consultar las posibles dudas que pueda tener.
¿Qué contraindicaciones tiene la abdominoplastia?
La abdominoplastia no va a solucionar un problema de exceso de peso, ni una distensión de la musculatura abdominal.
Someterse a esta cirugía como forma de corregir el exceso de peso y evitar el gimnasio, no tiene sentido.
Ante una persona con problemas de obesidad, lo adecuado es que consiga su peso correcto antes de pasar por el quirófano; el propio sobrepeso contraindica el procedimiento.
En el caso de que el problema sea la distensión muscular, la solución pasa por el gimnasio haciendo los ejercicios oportunos.
Tampoco tiene sentido someterse a esta cirugía en caso de mujeres que estén pensando en tener más hijos.
Otro punto no menos importante, es el que tiene que ver con la madurez emocional de la persona, pues ésta debe ser lo suficientemente madura como para encajar los cambios que se van a producir en su cuerpo, asumiendo por supuesto la existencia de una cicatriz permanente.
Por último, en este listado de contraindicaciones estaría el tabaquismo. Si la persona es fumadora, y no consigue abandonar este hábito antes de pasar por el quirófano, tampoco podría someterse a este procedimiento, pues uno de los efectos negativos de este hábito es la dificultad en la cicatrización de la herida.
¿Cuántos centímetros se pierden en una abdominoplastia?
Antes de responder a esta pregunta conviene dejar claro que esta técnica quirúrgica, tiene 2 finalidades:
- Moldear la zona abdominal.
- Fortalecer la musculatura de la zona.
Así pues, en la medida en que se produce una extirpación de grasa y de piel, y se reparan los músculos del abdomen si estos están separados, obviamente hay una reducción en el diámetro de la cintura, que puede traducirse en la necesidad de usar tallas de ropa más pequeñas.

Hay que tener claro que una abdominoplastia no busca una pérdida de peso; de hecho, está indicada para remodelar la figura de una persona que previamente se ha sometido a una cirugía bariátrica.
Los centímetros perdidos van a depender del exceso de piel y de grasa que se haya eliminado. A su vez la elasticidad de la piel es otro factor que influye, ya que la tersura de la misma condiciona la facilidad para amoldarse al nuevo contorno del abdomen.
Un seguimiento estricto de las recomendaciones del médico en el post-operatorio, condiciona la cicatrización, a la vez que también deberán ponerse en práctica las diferentes pautas en cuanto a prendas y ejercicio físico indicadas por dicho profesional.
Por supuesto, que si tras este procedimiento quirúrgico no se lleva un estilo de vida saludable, cuidando la alimentación y manteniendo la actividad física, ese abdomen flácido y caído volverá a aparecer al cabo de un tiempo.
¿Liposucción o abdominoplastia?
La liposucción o abdominoplastia permiten mejorar la apariencia del abdomen, y lograr en su conjunto un contorno del cuerpo más atractivo.
Dicho esto, pocas son las analogías entre un proceso y otro.
- En cuanto al lugar de aplicación, la abdominoplastia es un proceso específico del abdomen, siendo su finalidad eliminar el exceso de grasa y piel, así como tensar la musculatura abdominal si es necesario. Con la liposucción, lo que se intenta es eliminar depósitos de grasa localizados en distintas zonas (caderas, piernas, glúteos, …), depósitos estos que no pueden perderse ni mediante dieta, ni ejercicio (no hay eliminación de piel, ni tensado muscular).
- En lo que respecta a la técnica en sí, también varía. La abdominoplastia es un proceso más invasivo que implica una incisión en el abdomen para eliminar grasa, piel y tensar musculatura; se requiere anestesia general. La liposucción conlleva incisiones más pequeñas, las cuales se efectúan en aquellos lugares donde se ubican los depósitos grasos a eliminar; dicha eliminación se efectúa mediante una cánula que aspira la citada grasa; puede efectuarse con anestesia local o sedación.
- Respecto a los resultados, en la abdominoplastia, estos son más evidentes, pudiendo la recuperación ser más lenta. La liposucción se asocia a cambios sutiles y a una recuperación más rápida.
Ambas requieren que tras un procedimiento u otro, se opte por un estilo de vida saludable, poniendo especial cuidado en la alimentación y en el ejercicio físico.
Procedimiento y preparación para una abdominoplastia
La abdominoplastia está indicada cuando hay un exceso de piel y grasa en la zona del abdomen.
En principio, si la persona tiene una buena salud física y un peso estable, es una candidata adecuada para someterse a esta cirugía, la cual se lleva a cabo tanto en varones, como en mujeres.
Es fundamental que el sujeto tenga unas perspectivas realistas de lo que ofrece este tratamiento estético; este punto debe quedar claro hablándolo con el cirujano.
Otra cuestión clave es aceptar que tras esta cirugía, la persona va a quedar con una cicatriz permanente, con cierta similitud a la que queda tras una cesárea; normalmente la incisión se hace a una altura tal, como para que no se vea con la ropa de baño, pero está ahí.
Según la técnica que se emplee, lo cual va a depender de la morfología abdominal de la persona, dicha cicatriz será más grande o más pequeña, pero existirá.
Antes de la realización de la cirugía, el paciente debe informar al médico sobre varias cuestiones:
- Medicación habitual que esté tomando, especialmente si toma algún fármaco para problemas de coagulación. A modo de ejemplo, el ácido acetilsalicílico debe retirarse 20 días antes de la intervención.
- En el caso de los fumadores, estos deben abandonar este hábito como mínimo 15 días antes de la cirugía, manteniendo esa abstinencia otros 15 días después, para evitar problemas de cicatrización.
- El consumo de drogas o alcohol, también debe ser comunicado al médico.
- También es importante que la piel del abdomen esté correctamente hidratada.
El paciente debe someterse a una exploración previa para descartar una posible hernia o cualquier otro problema que pueda afectar a la zona.
Como en cualquier otro proceso quirúrgico, previamente el paciente debe someterse a una analítica completa y un electrocardiograma. En personas que superen los 40 años, también está indicada una radiografía de tórax.
La abdominoplastia se lleva a cabo en un quirófano y requiere ingreso hospitalario durante un par de días, tiempo este que puede varias de unos sujetos a otros.

Hay varios tipos de abdominoplastia, cada uno con unas indicaciones concretas. El tipo de abdominoplastia va a condicionar, desde el tamaño de la cicatriz, hasta el tiempo de recuperación.
Riesgos asociados a esta cirugía
La abdominoplastia como cualquier proceso quirúrgico, comporta un riesgo, eso es innegable.
Ahora bien, la persona que se va a someter a este procedimiento, antes del mismo es estudiada convenientemente: examen médico completo, pruebas analíticas y de imagen, por si existiese algún problema no diagnosticado hasta ese momento, fruto del cual la operación pudiese estar contraindicada.
A veces aparecen en los medios de comunicación, noticias que tienen que ver con el fallecimiento de un paciente sometido a una cirugía estética. En estos casos, lo primero es preguntarse dónde se ha efectuado el procedimiento, quién lo ha llevado a cabo y cuáles eran las condiciones de salud previas de esa persona.
En principio, haciendo las pruebas y exámenes preoperatorios pertinentes, recurriendo a centros autorizados y con profesionales debidamente formados, estas situaciones no suceden.
De ahí que uno de los puntos decisivos a la hora de someterse a una cirugía estética, es informarse sobre el centro y las referencias del mismo; a modo de ejemplo, recurrir a cirugía estética dexeus, ya es un punto a favor del paciente, pues se pone en manos de un centro de prestigio, que cuenta con los recursos humanos y técnicos necesarios para abordar unas prácticas, que al fin y al cabo son totalmente voluntarias.
En relación con esta última cuestión, en la cirugía plástica, el índice de complicaciones es muy reducido comparado con otras especialidades, pues se trabaja con pacientes sanos y los procedimientos quirúrgicos están programados.
No obstante existen riesgos, tales como:
- Trombos venosos, infecciones (en los casos de cirugía estética estas son inferiores al 5%).
- Hematomas, seromas.
- Mala cicatrización o colocación de la cicatriz en un lugar incorrecto.
- Riesgos derivados de la anestesia.
- Ombligo mal colocado.
- Modificaciones en la sensibilidad de la piel.
Las complicaciones pulmonares o abdominales son extremadamente infrecuentes.
¿Cómo se lleva a cabo la cirugía?
En primer lugar, la abdominoplastia obviamente requiere anestesia, la cual puede ser anestesia general o anestesia epidural más sedación, con lo cual el paciente no sentirá dolor.
Una vez anestesiado el paciente, se procede a hacer la incisión, la cual puede hacerse siguiendo una de los 2 técnicas siguientes:
- Miniabdominoplastia.
- Abdominoplastia completa.
En la abdominoplastia completa, la incisión se efectúa de cadera a cadera, justo por encima del pubis. Además se realiza otro corte alrededor del ombligo, para separar este de los tejidos que lo rodean; de esta forma el cirujano puede acceder a la pared del abdomen desde los músculos.
En la miniabdominoplastia, la incisión es más pequeña y se realiza justo encima del hueso púbico. No es necesario reposicionar el ombligo.
Una vez hecha la incisión, se procede a hacer las correcciones oportunas: eliminación del exceso de grasa y piel, así como corrección y sutura de los músculos abdominales debilitados.
Posteriormente, se suturan las incisiones y se remodela el ombligo si es preciso (abdominoplastia completa). El cierre puede hacerse con suturas, adhesivos, cintas o grapas para piel.
La abdominoplastia completa levanta toda la zona del abdomen y es ideal para pacientes que tienen mucha piel sobrante.
La miniabdominoplastia es ideal para pacientes más delgados que solo tienen un pequeño exceso de piel y no necesitan levantar toda la zona abdominal.
La elección entre una y otra depende fundamentalmente de aquella zona del abdomen que más incomode al paciente. Por supuesto, siempre habrá una valoración previa por parte del profesional que indicará la técnica más adecuada, considerando las incomodidades que exponga el sujeto a intervenir.
Una duda común en muchos posibles pacientes es el tiempo que dura la cirugía:
- Entre 2 y 4 horas: abdominoplastia completa.
- Entre 1 y 2 horas: miniabdominoplastia.
Post-operatorio y recuperación tras una abdominoplastia
El post-operatorio que sigue a la cirugía puede tener ciertas variaciones de unos pacientes a otros, dependiendo de la técnica aplicada.
En líneas generales y tras pasar un cierto tiempo en la sala de recuperación, el paciente es trasladado a una habitación donde permanecerá habitualmente un día; sin embargo, en algunos casos este tiempo se prolonga hasta 2-3 días.
En muchos casos el paciente sale del quirófano con un vendaje y 2 tubos que sirven de drenaje para evitar la acumulación de sangre.
Respecto a los tubos de drenaje, algunos profesionales señalan que no son necesarios, siendo el resultado el mismo si se emplean como si no, con la ventaja de que su ausencia es más cómoda para el paciente.
Antes de que transcurran 12 horas tras la cirugía, el paciente ya puede levantarse de la cama.
El éxito de la cirugía depende en buena parte del seguimiento meticuloso de las instrucciones que da el cirujano tras la operación. Estas instrucciones hacen referencia al cuidado de las heridas, qué actividades puede y no puede llevar a cabo el enfermo, cambio de vendajes, higiene, …
Por lo general, el paciente recibe el alta con dichas instrucciones al día siguiente de la operación.
Una de esas recomendaciones hace referencia al uso de una faja compresiva, la cual tiene unas características y una finalidad muy concreta en relación con la evolución y recuperación tras la abdominoplastia.
Se aconseja seguir las indicaciones del cirujano respecto al tipo de faja, a la vez que es conveniente adquirirla en una ortopedia donde puedan brindar información y algún que otro servicio que tenga que ver con dicha faja.
En cualquier caso, la faja habrá de ajustarse a las medidas de la persona.
Inicialmente, el paciente debe llevar la faja durante las 24 horas del día como mínimo durante 1 mes tras la cirugía. Al cabo de 2-3 meses, podrá usarse la faja solo por la noche, pero depende de las indicaciones del cirujano.
Los puntos se retiran aproximadamente a entre 7 y 10 días después de la operación.
El médico suele pautar analgésicos y antibióticos para combatir el dolor que sigue a la cirugía, y prevenir una posible infección.
Es normal que tras la cirugía aparezca dolor y malestar abdominal; entre los analgésicos y la faja, estos síntomas tienden a ir desapareciendo; en particular la inflamación suele ir desapareciendo con dicha faja, a la vez que protege y da soporte la zona tratada.
Obviamente el dolor es más intenso en los días inmediatamente posteriores a la cirugía, normalmente durante la primera semana, tiempo este durante el cual el paciente puede también notarse cansado.
El dolor es más intenso al moverse, básicamente por la contracción muscular, así como al tacto o apoyo debido a la inflamación de los tejidos cutáneos y grasos.
Otro punto es la pérdida de sensibilidad que tiene lugar en la región situada debajo del ombligo, especialmente en las primeras semanas. La sensibilidad se recupera de forma progresiva, llegando a una recuperación total al cabo de varios meses.
Inicialmente se aconseja reposo, pero tampoco un reposo absoluto; caminar por la casa ayuda a bajar la inflamación.
Dependiendo de cada paciente y del tipo de cirugía, es normal que sean necesarias entre 1 y 3 semanas de reposo, antes de retomar las actividades normales.
Es importante caminar tan pronto como sea posible para evitar la formación de trombos en las piernas; se debe caminar lentamente, poco a poco y sin encorvarse; así se evita que puedan saltarse los puntos.
No se aconseja coger peso, hacer abdominales, ni ejercicio extenuante hasta un mínimo de 12 semanas tras la cirugía. Igualmente la actividad deportiva debe limitarse durante 3 meses. Es importante seguir la pauta de ejercicios que marque el cirujano, para evitar la formación de trombos y compensar así una posible cicatrización defectuosa.
No debe tomarse el sol directamente en la zona operada durante los 2 primeros meses.
Un punto importante tiene que ver con la postura para dormir tras la abdominoplastia. Debe elegirse una postura que no provoque daño, ni dolor en el abdomen. Lo más usual es dormir boca arriba.
Molestias habituales tras esta cirugía son inflamación, tirantez y otros problemas abdominales, los cuales irán disminuyendo con el tiempo.
La inflamación abdominal que acompaña al procedimiento quirúrgico, suele ser molesta durante los 2 o 3 primeros meses, pero a medida que el organismo recupere la circulación sanguínea y linfática, esta irá desapareciendo.
En lo que respecta a las cicatrices, anteriormente se ha dicho que los puntos se suelen quitar entre 7 y 10 días tras la operación.
Abundando en el tema del aspecto de las cicatrices, en el caso de una abdominoplastia completa, el ombligo aparecerá hinchado en los días que siguen a la cirugía. La existencia de la cicatriz es normal, y esta será dura al principio, si bien se suavizará con el tiempo; por lo general, la cicatrización completa del ombligo puede tardar entre 3 semanas y 6 meses; también es habitual que aparezcan costras alrededor de dicha cicatriz, las cuales se caerán por lo general, al cabo de 3 semanas.
Siguiendo con las cicatrices, a veces ocurre que su aspecto empeora durante los primeros 3 a 6 meses, pero esto se considera normal al estar en período de curación. Hay casos en los que hasta transcurrido 1 año de la cirugía, no se aprecian todas las ventajas de la cirugía.
Por supuesto que el uso de la faja compresiva es fundamental en este contexto, haciendo uso de la misma según las indicaciones del cirujano.
El resultado de la cirugía puede considerarse definitivo al cabo de 6 u 8 meses de la misma, teniendo en cuenta que el aspecto de la cicatriz puede tardar hasta 18 meses en ser el adecuado en algunos pacientes.
Es fundamental acudir a las diferentes citas que haya establecido el cirujano para hacer un seguimiento de la cirugía.
Transcurrido el tiempo mencionado, el resultado de la abdominoplastia es definitivo, ahora bien, si no se lleva un estilo de vida saludable, cuidando la alimentación y efectuando ejercicio físico, al cabo de un cierto tiempo, la persona recuperará el aspecto físico que tenía antes de la abdominoplastia y que motivó someterse a la misma.
Por último, se aconseja consultar urgentemente al médico, en presencia de:
- Dificultades para respirar.
- Temperatura corporal superior a los 38 grados centígrados.
- Presencia de dolor que no remite con la medicación pautada.
- Dolor intenso u olor desagradable en la región abdominal.
- Señales de infección.
- Presencia de sangre o cualquier otro fluido en la herida.
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