El envejecimiento es una realidad de la que por poco informado que se esté, la inmensa mayoría de la población es consciente. Cuando se habla del envejecimiento, no se menciona solamente esta palabra, sino que la frase siguiente hace referencia a la importancia de este proceso, básicamente por las consecuencias económicas y otros problemas que conlleva; así de claro.
Cuadros como el síndrome del cuidador, la necesidad de ingresar al anciano en una residencia, lo cual no siempre es posible por motivos económicos, el maltrato que a veces sufren estas personas, …, son solo algunos ejemplos de la realidad que comporta el envejecimiento. Todo ello sin contar su mayor propensión a padecer enfermedades de diverso tipo, como procesos cancerosos, patologías que hacen que tengan que ser alimentados mediante una sonda, …
Y es que casi siempre, se equipara al anciano con un ser no productivo económicamente y con una salud muy deteriorada, con lo cual el binomio anciano=carga, aparece inevitablemente.
Ahora bien, si nos paramos a pensar en qué consiste el proceso de envejecimiento, si muchas enfermedades de las que padecen los ancianos son evitables y otros temas similares, la respuesta es más difícil. Pues una vez planteada ya la situación, nos disponemos a «entrar en harina» y explicar en qué consiste el proceso de envejecimiento.
¿Qué es el envejecimiento y cuáles son sus principales características?
El envejecimiento es un proceso biológico por el que los seres vivos se hacen viejos, que comporta una serie de cambios estructurales y funcionales que aparecen con el paso del tiempo y no son consecuencia de enfermedades ni accidentes. La definición que propone la OMS, es la siguiente:
«el envejecimiento es la consecuencia de la acumulación de una gran variedad de daños moleculares y celulares a lo largo del tiempo, lo que lleva a un descenso gradual de las capacidades físicas y mentales, un aumento del riesgo de enfermedad, y finalmente a la muerte»
Los cambios derivados del paso del tiempo, y en definitiva, el proceso de envejecimiento, se traducen en una serie de modificaciones que afectan a todo el organismo, desde las estructuras más sencillas (las células) hasta las estructuras más complejas como son los órganos y sistemas.

El resultado final de todos esos cambios, que realmente suponen una progresiva atrofia del organismo humano, se traduce en una pérdida de funcionalidad, y en definitiva, en una pérdida de vitalidad.
Esta pérdida de vitalidad se define como la incapacidad progresiva del organismo para realizar correctamente sus funciones biológicas.
Esa incapacidad progresiva ocurre como consecuencia del envejecimiento (en definitiva, debido al paso del tiempo) y no como fruto de un accidente o una enfermedad.
A su vez, los cambios que se acaban de mencionar, no ocurren a la misma velocidad en todos los individuos, lo que implica que realmente es bastante difícil establecer un punto de corte, a partir del cual pueda considerarse a una persona como persona anciana.
Sin embargo, a nivel social o administrativo, se dice que la tercera edad empieza en los 65 años, pero realmente al analizar este colectivo poblacional, se encuentran personas con la misma edad, pero con un estado de «deterioro» notablemente distinto de unos sujetos a otros. Para el adulto mayor, la OMS establece la siguiente clasificación:
- De 60 a 74 años son consideradas de edad avanzada.
- De 75 a 90 viejas o ancianas.
- De 90 años en adelante grandes viejos o grandes longevos.
En la siguiente presentación interactiva, se recoge la definición de envejecimiento propuesta por la citada OMS.
Las principales características del proceso de envejecimiento son las siguientes:
- UNIVERSAL: afecta a todos los seres vivos.
- INTRÍNSECO: ocurre en todas las especies.
- PROGRESIVO: aparece y progresa con el paso del tiempo.
- DELETÉREO: ocasiona la muerte del individuo.
El envejecimiento poblacional
Antes de entrar a abordar el envejecimiento poblacional, convendría reflexionar sobre la siguiente frase:

Índice de envejecimiento
El índice de envejecimiento es un dato que expresa la relación entre la cantidad de personas adultas mayores y la cantidad de niños y jóvenes.
Se calcula dividiendo el número de personas mayores de 65 años entre las personas menores de 15 años y multiplicando por 100.
Es un dato que provee información internacional procedente de fuentes públicas fiables y permite comparar de forma fácil las tasas de envejecimiento global.
Un ejemplo de sus múltiples utilidades se recoge en la siguiente gráfica:

El envejecimiento a nivel mundial
El envejecimiento de la población es uno de los mayores triunfos de la humanidad, y también uno de sus mayores desafíos. Dicho envejecimiento hay que buscarlo en varias causas:
- El incremento en la esperanza de vida.
- La baja natalidad en algunos países.
La aplicación de los avances científicos a la medicina, entre ellos, las vacunas, unido a la mejoría de las condiciones higiénicas del medio ambiente (han disminuido considerablemente la tasa de mortalidad infantil), junto con el desarrollo económico y social, han mejorado notablemente las condiciones de vida en numerosos países, y han supuesto un aumento espectacular de la esperanza de vida.
El incremento en el número de personas cuya edad sobrepasa los 80 años es algo habitual a día de hoy, en contraposición con épocas anteriores. Este fenómeno es un hecho plenamente constatado en los países desarrollados, pero también se está extendiendo a países en vías de desarrollo. La situación actual, con un elevado porcentaje de población envejecida, tiene repercusiones laborales, así como también a escala social y de salud; se habla de que puede haber una afectación del estado del bienestar. Para algunos, jubilación es sinónimo de descanso, tranquilidad y poder desarrollar todas aquellas actividades que en una época anterior de su vida, no pudieron hacer. Para otros, desgraciadamente, jubilación es sinónimo de soledad, enfermedad y escasez de recursos económicos, con lo cual la mayor esperanza de vida para este colectivo, no será motivo de alborozo y alegría. Pero, dependiendo de cuál sea el estado de salud de esa persona anciana, este colectivo puede ofrecer valiosos recursos, a menudo ignorados, que suponen una importante contribución a la estructura socioeconómica de nuestras vidas. Sería lo que se conoce como envejecimiento activo, que más adelante se verá.El envejecimiento en España
En España, fruto de la mayor esperanza de vida, el envejecimiento poblacional es mayor, dándose la circunstancia de que se trata de un envejecimiento especialmente acelerado.
Para no entrar en el vértigo de las cifras, este punto puede verse en la siguiente presentación interactiva.
Teorías sobre el envejecimiento
El proceso de envejecimiento y la causa que lo provoca es sumamente complejo y no está lo suficientemente conocido.
En líneas generales, cuando se proponen varias teorías para explicar un determinado proceso, es porque ninguna de ellas es lo suficientemente completa, como para explicar el proceso en su totalidad, aunque cada una de esas teorías puede justificar parcialmente el proceso en cuestión y esté respaldada por una argumentación científica.
El envejecimiento, como ya se ha señalado al indicar sus características, es un proceso que afecta a todas las especies, implica numerosos cambios y acaba provocando la muerte del ser vivo.
A día de hoy, el envejecimiento supone un auténtico reto para el sistema de salud pública y desde la perspectiva científica, constituye todo un enigma. No hay una teoría universal sobre sus causas y tampoco está claro cuál sería su efecto global sobre la salud. Se sabe que el proceso de envejecimiento es debido a causas extrínsecas que tienen que ver con factores ambientales y con el estilo de vida; hay varias teorías que justifican el papel de esos factores extrínsecos.
Pero también se admite que hay una serie de causas intrínsecas, que serían igualmente responsables de dicho envejecimiento. Esas causas intrínsecas responsables del envejecimiento biológico, pueden agruparse en 3 teorías, ninguna de las cuales respalda por completo este proceso. Dichas teorías son las siguientes:
- Teoría de los radicales libres.
Esta teoría parte de la base de que las células vivas durante su funcionamiento, provocarían diferentes reacciones químicas de oxido-reducción, cuyo producto final serían los denominados radicales libres, los cuales intervendrían en numerosas reacciones celulares, se acumularían y alterarían el normal funcionamiento celular, resultado de lo cual sería la muerte celular.
- Teoría del reloj biológico.
Según esta teoría cuando un organismo nace, está genéticamente programado para envejecer; según dicha teoría existirían los genes del envejecimiento, que a partir de un determinado momento, darían lugar a diferentes cambios moleculares y celulares, propios del proceso de envejecimiento.
- Teoría endocrina.
Esta teoría establece que el envejecimiento provocaría una disminución y posterior pérdida de las secreciones hormonales, fundamentalmente de las glándulas sexuales, lo cual provocaría el decaimiento orgánico que conlleva este proceso.
El proceso de envejecimiento
Efectos del paso del tiempo sobre los sistema corporales
La edad conlleva una progresiva atrofia del organismo que afecta a todas las estructuras corporales. Dicha atrofia supone pérdida de funcionalidad, que a su vez implica pérdida de vitalidad. A medida que esa pérdida de vitalidad avanza, la persona va perdiendo su capacidad para cuidarse por sí misma, lo que se traduce en que va perdiendo su independencia, convirtiéndose finalmente en una persona dependiente en mayor o menor grado, con toda la problemática que esto implica. Sin embargo, conviene aclarar que la vitalidad de una persona depende de dos factores fundamentales:
- Los efectos del envejecimiento.
- La presencia de diferentes enfermedades.
En muchos casos, la pérdida de vitalidad es consecuencia de la existencia de una enfermedad concreta, ya que aunque con el paso de los años el organismo pierde funcionalidad, esa capacidad de funcionamiento que le queda al cuerpo, es lo suficientemente grande como para permitir que esa persona lleve una vida normal.
Dicha pérdida de vitalidad debida al envejecimiento, sólo se pone de manifiesto cuando al cuerpo se le pide un esfuerzo «extra» (subida a grandes alturas, caminar a paso muy ligero, comidas muy abundantes,…).
La realidad es que ante un anciano con una determinada pérdida de vitalidad, es muy difícil establecer qué parte de esa vitalidad perdida es debida al envejecimiento y qué parte es debida a la existencia de una enfermedad. Seguidamente se analiza cómo afecta el envejecimiento a los diferentes órganos y sistemas corporales.

Sistema nervioso
El Sistema Nervioso podría compararse con el procesador de un ordenador, cuya función es controlar e integrar todas aquellas actividades o funciones que hacen posible el funcionamiento del ordenador. En este sentido, el sistema nervioso controla e integra las diferentes funciones que hacen posible el funcionamiento del organismo. Las funciones que controla dicho sistema son las siguientes:
- Función cognitiva (funciones superiores del ser humano: pensar, deducir, recordar,…).
- Función motora (movimiento, tanto voluntario como involuntario).
- Función autónoma (funcionamiento «automatizado» del organismo: digestión, respiración, latido cardíaco,…).
- Función sensorial (funciones en las que intervienen los órganos de los sentidos: gusto, tacto, olfato,…).
Es obvio, que un adecuado funcionamiento del sistema nervioso es fundamental para que el organismo pueda funcionar con normalidad.
El envejecimiento conlleva una progresiva atrofia de las diferentes estructuras que componen el sistema nervioso: neuronas, nervios, cerebro y médula espinal. Puesto que el funcionamiento del organismo está regulado por este sistema, su atrofia paulatina, genera dificultades muy diversas, que afectan a la memoria, el movimiento, la percepción, el equilibrio,…

Conviene dejar muy claro, que una pequeña pérdida de memoria u otras dificultades cognitivas leves, forman parte del envejecimiento normal del ser humano.
Por el contrario, cuadros como la enfermedad de Alzheimer o el delirio, caracterizados ambos por grandes alteraciones que afectan a las capacidades superiores del ser humano, no forman parte de un proceso de envejecimiento normal.eAsí pues, dichos procesos (demencia, delirio,…) son enfermedades, que como cualquiera otras deben diagnosticarse y tratarse cuanto antes. Jamás deben considerarse como alteraciones inevitablemente unidas al paso de los años. Un diagnóstico temprano de estas patologías, es fundamental de cara a frenar su evolución.
Aparato Circulatorio
El Aparato Circulatorio incluye tres partes fundamentales: corazón, vasos sanguíneos y sangre.
- El corazón actúa como una bomba que impulsa sangre continuamente a los distintos órganos del cuerpo humano. En unos casos esa sangre es rica en oxígeno y en otros es rica en dióxido de carbono.
- Los vasos sanguíneos (arterias, venas y capilares) son las vías de conducción de esa sangre. Por las arterias circula sangre rica en oxígeno, mientras que por las venas la sangre que circula es rica en dióxido de carbono. En los capilares, la sangre entrega oxígeno y nutrientes a los tejidos y recibe dióxido de carbono y sustancias de desecho.
- La sangre es un líquido en el que van disueltas diferentes sustancias y contiene también diferentes elementos celulares (glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas).

Los cambios ocasionados por el envejecimiento son los siguientes:
- Cardíaco: aumento de la rigidez, engrosamiento de sus paredes, aumento de tamaño, fundamentalmente.
- Circulatorio: aumento de la rigidez de las arterias y, en consecuencia, disminución de la flexibilidad.
- Sanguíneo: ligera disminución de la cantidad de sangre circulante y modificación de las células sanguíneas.
El resultado final de estos cambios es una mayor propensión a padecer hipertensión arterial, angina de pecho, infarto de miocardio, arritmias, accidentes cerebrovasculares, fatiga e infecciones. Es fundamental dejar meridianamente claro que cualquiera de las patologías anteriores no son inevitables a medida que la persona envejece.
En este sentido, el estilo de vida influye mucho en su aparición, hasta tal punto de que un estilo de vida saludable (dieta equilibrada, ejercicio, evitación de hábitos tóxicos como tabaco o café, supresión del estrés y del insomnio) previene o retrasa la aparición de las patologías que se acaban de mencionar.
Aparato Respiratorio
El Aparato Respiratorio incluye las siguientes estructuras principales: vías respiratorias, pulmones, bronquios, bronquiolos y alveolos. En estos últimos es donde se produce el intercambio gaseoso: cesión de dióxido de carbono y recepción de oxígeno.
Los pulmones, no sólo permiten el intercambio gaseoso, sino que también protegen al organismo de posibles agentes (microorganismos, partículas) presentes en el aire inspirado. Dichos agentes estos que de no quedar atrapados en la estructura ciliar de las paredes pulmonares, podrían causar diversas enfermedades.

El envejecimiento comporta básicamente dos tipos de cambios fundamentales: por un lado la rigidez, y por otro lado, la atrofia del tejido pulmonar. A nivel práctico, estos cambios se traducen en:
- Dificultades respiratorias, las cuales suelen ponerse de manifiesto cuando el organismo es sometido a unas mayores exigencias. Entre esas exigencias están la realización de ejercicio físico y la exposición a grandes alturas. En condiciones normales, los ancianos, incluso aquellos que tienen edades muy avanzadas, pueden respirar sin dificultad.
- Mayor tendencia a la presencia de infecciones respiratorias (neumonías, bronquitis,…), motivadas por la dificultad para toser y eliminar las secreciones bronquiales.
Aparato Digestivo
El Aparato Digestivo está formado por un largo tubo que comienza en la boca y acaba en el ano, junto con diferentes órganos (hígado, vesícula biliar y páncreas) que vierten sus secreciones en dicho tubo. Su misión es la de convertir los alimentos en los diferentes componentes que el organismo necesita para su funcionamiento, los denominados nutrientes.

El envejecimiento a nivel digestivo comporta cambios que afectan a las glándulas digestivas, la mucosa gástrica, la flexibilidad del estómago, la motilidad intestinal y el transporte de nutrientes.
A nivel práctico, estos cambios se traducen en saciedad temprana, digestiones más lentas y pesadas, menor aprovechamiento nutricional, disminución del tránsito intestinal con el consiguiente estreñimiento y mayor propensión a las úlceras.
Aparato Excretor
El Aparato Excretor o urinario incluye los riñones, los uréteres, la vejiga y la uretra.
Los riñones actúan como dos grandes filtros, que filtran la sangre, extrayendo los desechos procedentes del funcionamiento del organismo y el líquido sobrante; ambos (sustancias de desecho y líquido) constituyen la orina.
El envejecimiento conlleva una atrofia de parte del tejido renal y un endurecimiento de los diferentes vasos sanguíneos que irrigan el riñón.

El resultado final de estos cambios es una mayor dificultad para eliminar las sustancias de desecho y el exceso de líquido. A nivel práctico, estos cambios comportan una rotura del equilibrio químicos del organismo (calambres musculares, arritmias), una retención de líquidos (edemas), así como una mayor propensión a los problemas de incontinencia e infecciones genitourinarias.
Aparato Locomotor
El Aparato Locomotor incluye el esqueleto, los músculos y las articulaciones.
- Los huesos proporcionan apoyo y estructura al organismo.
- Las articulaciones confieren flexibilidad al esqueleto.
- Los músculos aportan la fuerza y la resistencia necesarias para mover el organismo.

Dicho aparato está íntimamente ligado con la postura y la marcha, los cuales van muy unidos al proceso de envejecimiento. El citado proceso provoca cambios en los diferentes integrantes de este aparato, cambios estos que se van a traducir en diferentes manifestaciones:
- Hueso: disminución de la masa ósea, lo que supone mayor fragilidad y mayores posibilidades de fractura, a la vez que justifica la habitual pérdida de estatura que tiene lugar con el paso de los años. Es lo que se conoce como Osteoporosis.
- Articulación: progresiva atrofia de los diferentes componentes que integran la articulación, lo que se traduce en una mayor rigidez, inflamación y dolor, los cuales, como es obvio, dificultan el movimiento. Es lo que se conoce como Artrosis.
- Músculo: disminución de la masa muscular, lo que confiere una mayor fragilidad para realizar los diferentes movimientos, y entre ellos, caminar. Esta disminución de la masa muscular se conoce como Sarcopenia.
Sistema Inmune
El Sistema Inmune formado por los ganglios y los vasos linfáticos, el timo y el bazo, principalmente, tiene como misión más importante proteger al organismo frente a posibles agentes dañinos, ya sean procedentes del exterior (virus, bacterias, hongos, …) o bien, del interior (células cancerosas). También es capaz de distinguir los tejidos «propios» del organismo, de aquellos otros que le son «ajenos», de ahí la reacción natural al rechazo que se produce en un trasplante. El envejecimiento genera una progresiva atrofia de las diferentes estructuras que forman el sistema inmune, lo cual comporta una mayor tendencia a sufrir diferentes problemas de salud:
- Infecciones.
- Procesos tumorales.
- Enfermedades autoinmunes.

Esa mayor predisposición a las infecciones que se produce en el anciano, justifica que este colectivo poblacional deba recibir algunas vacunas (como la vacuna antigripal) para prevenir que determinados procesos infecciosos, acaben agravándose y generen infecciones más severas, e incluso mortales; sería el caso de la neumonía por complicación de una infección gripal.
Sistema Genitourinario
El Sistema Genitourinario está formado por estructuras cuya disposición anatómica y funcionamiento están estrechamente unidos. En este sentido, el envejecimiento del aparato reproductor está muy ligado al envejecimiento del aparato urinario.
Los cambios provocados por el paso del tiempo a nivel del sistema reproductor, conllevan la consiguiente atrofia de las diferentes estructuras. Esto se traduce en una pérdida de la capacidad reproductora. La pérdida de este capacidad en el hombre ocurre de forma gradual, mientras que en la mujer tiene lugar de forma puntual y concreta, mediante la menopausia.
A su vez, estos cambios dificultan el mantenimiento de unas relaciones sexuales satisfactorias. A nivel urinario, estos cambios unidos a los que tienen lugar a nivel renal, se traducen en una mayor propensión a sufrir infecciones genitourinarias, así como problemas de incontinencia, entre los que destaca todo el cortejo sintomático asociado a la hipertrofia benigna de próstata, que tiene lugar en el varón.
Órganos de los Sentidos
Los diferentes órganos de los sentidos (gusto, vista, oído, olfato, tacto,…) proporcionan información a la persona de lo que ocurre en el medio exterior. Tales órganos influyen notablemente en la vida del sujeto, pues están muy relacionados con el estilo de vida, el placer en las actividades y en las relaciones sociales, entre otras funciones.

Oído
Las funciones de este órgano incluyen audición y mantenimiento del equilibrio. El envejecimiento se asocia a un deterioro de las diferentes estructuras que conforman este órgano, con los consiguientes problemas de audición (ligeras pérdidas de la misma) y de mantenimiento del equilibrio. Los ruidos auditivos, técnicamente conocidos como tinnitus, así como los tapones de cerumen, también son relativamente comunes en el colectivo anciano.
Vista
Los cambios ligados al envejecimiento que afectan a la vista pueden empezar a producirse en torno a los 30 años. Uno de los cambios que se aprecian con mayor prontitud es la dificultad para enfocar objetos cercanos, más conocida como presbicia, lo que se soluciona con las correspondientes lentes correctoras (gafas de cerca). También es común la disminución en la secreción lacrimal, lo que implica sequedad ocular, la cual puede resultar bastante molesta. El empleo de colirios o lágrimas artificiales permite contrarrestar esta alteración.

La dificultad para tolerar el resplandor, las luces brillantes, así como la oscuridad, también es frecuente en el colectivo anciano. Además, cataratas, glaucoma y retinopatía diabética son algunas de las alteraciones que pueden aparecen en las personas mayores, aunque conviene recalcar que dichas alteraciones no forman parte de un envejecimiento normal.
Gusto y olfato
El gusto y el olfato están muy ligados a actividades placenteras como la degustación de un alimento o el disfrute de un olor agradable. A su vez, también van muy unidos a la seguridad:
- Un sabor desagradable en una comida, puede indicar que ésta se encuentra en mal estado, y por tanto no debe ser consumida.
- El olfato permite percatarse de la existencia de olores tales como gas, humo,…, con el consiguiente riesgo de incendio, asfixia, etc., si no se actúa inmediatamente.
El envejecimiento provoca una disminución en el número de papilas gustativas y una atrofia de las terminaciones nerviosas nasales, lo que implica una disminución de los sentidos del gusto y el olfato, respectivamente. A nivel práctico esto se traduce en un menor interés por la comida, pues el anciano únicamente es capaz de detectar sabores muy dulces o muy salados (ambos, evidentemente contraindicados para evitar problemas de hipertensión o de diabetes). Por el contrario los alimentos con un sabor más suave, pasan totalmente desapercibidos, de modo que para él, todo tiene el mismo sabor. El resultado final es una desgana por la comida, lo cual unido a problemas de deglución y a una menor secreción de saliva, implican cuadros de desnutrición, atragantamiento, caries,…
Tacto, vibración y dolor
El organismo dispone de receptores capaces de detectar el tacto, la presión o el dolor; tales receptores se van atrofiando con el tiempo, con lo cual aparecen problemas para distinguir diferentes superficies, diferentes temperaturas, dolor,… Esto predispone al anciano a la aparición de cuadros de congelación o quemaduras, úlceras por presión, etc., pues sus receptores no tienen la funcionalidad necesaria para distinguir algo frío de algo helado, algo templado de algo caliente, dolor cuando se permanece mucho tiempo en una misma postura, por ejemplo.
Piel y Órganos Anejos
La piel y los anejos cutáneos (pelo, uñas, glándulas sudoríparas, glándulas sebáceas) son los que, habitualmente, muestran los primeros signos de envejecimiento.

No obstante, conviene recordar que la piel, no sólo está expuesta a los cambios provocados por el paso del tiempo, sino que también sufre los cambios provocados por el ambiente exterior (radiación solar, contaminación, tabaquismo…).
Piel
A nivel cutáneo, el envejecimiento provoca:
- Adelgazamiento de las diferentes capas que integran la piel (epidermis, dermis, hipodermis).
- Aparecen manchas oscuras (situadas en las zonas corporales habitualmente expuestas a la radiación solar, manos y cara).
- Menor secreción de grasa (glándulas sebáceas) y sudor (glándulas sudoríparas).
El resultado final es una piel más seca, más frágil, con manchas oscuras y arrugas; en definitiva, lo que se denomina piel senil. Este tipo de piel está caracterizada básicamente por su sequedad, la cual provoca un notable picor.

El picor da lugar a un rascado más o menos intenso, con el consiguiente riesgo de infecciones de diverso tipo.
Pelo
A nivel capilar, los cambios provocados por el envejecimiento incluyen la calvicie y la aparición de canas.
- En el primer caso, a medida que se produce la renovación del cabello mediante su correspondiente ciclo, el cabello nuevo va siendo cada vez más débil, a la vez, que también disminuyen el número de folículos pilosos.
Resultado final, aparición de calvicie, la cual puede tener un patrón masculino o femenino (en el primer caso es característica la pérdida de cabello en «M», mientras que en el segundo caso tiene lugar una pérdida de cabello generalizada).
- La aparición de canas es consecuencia de una progresiva pérdida de melanina, que es la sustancia responsable de la coloración de la piel y del pelo, lo cual se traduce en un cabello cada vez más blanco.

Uñas
En lo referente a las uñas, éstas con el paso del tiempo crecen más lentamente y se vuelven pálidas y frágiles. Es muy común en las uñas de los pies un cambio consistente en un engrosamiento y una mayor dureza, que hace que aparezca con bastante frecuencia lo que se conoce como uña encarnada, la cual es bastante dolorosa y dificulta bastante el poder andar. Así pues, mientras las uñas de las manos se tornan delgadas y frágiles, las de los pies pasan a ser gruesas y duras.
Hacia un nuevo concepto de envejecimiento
El efecto del paso del tiempo sobre el organismo humano, supone un progresivo desgaste, que hace que la persona anciana sea más propensa a padecer cualquier enfermedad.
En definitiva, dicha persona anciana es una persona más frágil, fruto de ese paso de los años.
Una vez hecha esta puntualización, es fundamental tener claro que una persona anciana no es una persona enferma. Por lo tanto, envejecimiento no equivale a enfermedad. Conviene puntualizar también, que muchos de los trastornos que sufre el anciano, son evitables, y por lo tanto, no pueden ser atribuidos al proceso de envejecimiento.

Aclarado este punto fundamental de que ENVEJECIMIENTO y ENFERMEDAD no son sinónimos, hay que recordar una realidad que también está ahí, y es el envejecimiento prematuro, en el cual influyen numerosos factores: unos ligados a la genética, otros al estilo de vida, a la presencia de hábitos poco saludables, … El envejecimiento prematuro es la muestra más evidente de la gran disparidad de situaciones funcionales que se pueden encontrar en el colectivo anciano; en definitiva, muestra la enorme diferencia interindividual que se observa en este grupo poblacional. Es evidente la importancia, con repercusión a todos los niveles, que conlleva el envejecimiento poblacional.
Surgen aquí 2 conceptos que son básicos:
- Envejecimiento saludable.
- Envejecimiento activo.
Para que estas ideas calen a nivel social, y los ancianos dejen de ser considerados como una carga, capaz de desestabilizar cualquier sistema económico, es decisivo que cambie el «chip», la idea que la sociedad tiene sobre este colectivo poblacional. El siguiente vídeo, lo explica de forma muy clara, no se trata de vivir más, sino de añadir vida a los años.
En la siguiente presentación interactiva, incluye más información acerca del envejecimiento saludable.
Este envejecimiento saludable es la antesala de lo que se conoce como envejecimiento activo. Más información sobre este concepto, en la siguiente presentación.
Conclusiones
Las principales conclusiones del proceso de envejecimiento, se resumen en:
- El envejecimiento es un proceso que afecta a todos los organismos vivos.
- El paso del tiempo deteriora el organismo, haciendo que sea más propenso a padecer enfermedades, pero envejecimiento no equivale a enfermedad.
- Algunas de las enfermedades que padece la persona mayor, no son debidas al envejecimiento, si no que influye fundamentalmente el estilo de vida de la persona.
- Un estilo de vida saludable te conducirá a una vejez saludable, donde puedas mantener tu independencia para realizar las actividades que desees.
- El envejecimiento no tiene que ir unido a la enfermedad y a la incapacidad; recuerda el envejecimiento saludable y el envejecimiento activo.
Si te gusta, ya sabes, COMENTA y DIFUNDE.
10 comentarios en «¿QUÉ PASA EN EL PROCESO DE ENVEJECIMIENTO?»
Gracias; me gusta que mis post aporten información que otros desconocen y resulten de utilidad.
Hola Conchi.
Siempre intento que mis contenidos resulten de interés para los demás, y es un gran estímulo para mi recibir comentarios de este tipo.
Ciertamente, que el envejecimiento activo es la parte positiva de la vejez, pero para lograr ese «beneficio», se requieren diferentes cambios: unos afectan al propio sujeto (intentar llevar una vida saludable) y otros implican a la sociedad, que equipara viejo=enfermo=tostón.
Afortunadamente ya desde las diferentes administraciones públicas se está intentando promover este concepto y llevar a cabo actividades que permitan conseguir dicho envejecimiento activo.
Hola Adela!!
Sabes que me es muy interesante leer tus post, y además de que aprendo mucho!!
Pero la parte que más me gusta es dónde dices: «El envejecimiento no equivale a la enfermedad».
En mi familia acabamos de pasar la muerte de mi abuela, y de ahí se desato una crisis de vejes entre los más grandes, y todos justifican sus carencias de energía con la vejes, entonces leer esto me hace darme cuenta, de que la vejez es algo que va a suceder y que es un proceso natural de nuestro cuerpo.
Me gusta mucho como nos das a conocer el proceso..
Muchas Gracias!!
Hola Gabriela.
Siempre lo digo, pero para mí es una gran satisfacción que mis post sean útiles para los demás.
Es cierto que cuando muere alguien en la familia, los de más edad se aplican el refrán que dice «cuando veas las barbas de tu vecino afeitar, ellas las tuyas a remojar», y en cierto modo, se puede producir un cierto relajamiento en sus actividades habituales, por ejemplo, si salían a pasean 3 km todos los días, no es raro que reduzcan la distancia porque me canso, yo ya no puedo, con lo mayor que estoy, ….y realmente, lo primero que hay que tener muy claro es que el proceso de envejecimiento es completamente distinto de una persona a otra. Hay personas con 70 años que están los pobres con 4 ó 5 patologías, mientras otros a esa edad parecen estar en plena juventud.
Por tanto, como tú dices, la vejez es una etapa más de la vida, hay que estar preparado para asumirla y cuanto más saludable sea tu estilo de vida, pues mucho mejor.
Aunque también hay un componente genético que condiciona nuestra vida, y por supuesto el envejecimiento, pero cada uno nace con los genes que le «tocan» y frente a eso, no hay nada que hacer.
Adela, cómo me gusta el concepto de vejez activa, en lugar de una vejez despectiva, Yo en mi familia siempre he tenido la suerte de que mis mayores vivieran su vejez de manera activa y saludable, y aunque vencer la enfermedad es algo difícil para cualquiera, la verdad es que la actitud es fundamental para vivir en plenitud.
Gracias por tu comentario Raquel.
Ciertamente que el envejecimiento activo implica un cambio de chip por parte de todos: sociedad, ancianos, familia, sanidad, …
Además, para que esa vejez se pueda vivir y ser percibida por los demás como una etapa positiva más en la vida de una persona, es fundamental que tenga una salud bastante aceptable, y en caso de que eso no sea así desgraciadamente, la actitud del anciano y de quienes le rodean son primordiales para que esa persona mayor se sienta como una persona querida y apreciada.
La realidad es que actualmente la medicina ha conseguido incrementar la duración de la vida de una persona, pero no la calidad de ésta. Las personas viven más que hace 50 años, pero su salud y por consiguiente su calidad de vida, deja mucho que desear.
De ahí que de la medicina curativa de antaño, se haya pasado a una medicina preventiva, cuya finalidad es evitar que aparezcan todas esas dolencias que disminuyen significativamente la calidad de vida de nuestros mayores.
Es un articulo muy interesante y cierto, las personas deben envejecer con dignidad, felices, realizados, vitales, activos y con lucidez. Este proceso de envejecer no debe sinónimo de mala salud, Sucede que la sociedad moderna esta rodeada de toxicidad en todo sentido, alimentos tóxicos, espacios tóxicos, vida apurada y sin tiempo para el ocio y el disfrute, des-conexión total con la esencia, emociones confundidas, pensamientos incoherentes, etc. Esta «civilización» ha involucionado, antes de evolucionar. Gracias
Gracias Jorge por tu comentario.
Ciertamente, todos deberíamos dejar de ver el envejecimiento como un proceso que nos lleva a convertirnos en auténticos «muebles», que para muchos constituyen una carga para la sociedad.
El envejecimiento debe ser una época donde la persona pueda recibir «los frutos» de toda su entrega a la sociedad, sin embargo, mucho me temo que para eso, el chip debería cambiar muchísimo, lo cual no digo que no sea posible.
Se necesita que la persona anciana, a pesar de sus años, tenga una salud que le permita mantener su autonomía, y pasar de ser una carga, a ser concebido con un activo; se requiere para ello un envejecimiento saludable y una vida mucho más tranquila en todos los aspectos.
¿Llegaremos a verlo? Sinceramente no lo sé; lo que sí tengo claro, es que entre todos debemos colaborar para que las próximas generaciones disfruten de ese bienestar que en justicia les corresponde.
Gracias por leerme y un cordial saludo
En ese camino estamos… Hacerse mayor a mi me parece una de las mejores cosas que nos ocurren. Ver la evolución de tu vida y el aprendizaje es algo que debe llenarnos interiormente. Estoy de acuerdo en lo que dices de que la salud es vital para poder ser considerado un activo, pero es que actualmente el ritmo de la vida hace que no se fácil para mucha parte de la gente. O relajamos el mundo o difícil…
Gracias Javier por tu comentario.
Ciertamente, llegar a esa tercera edad, jubilarse, poder hacer uso de toda esa experiencia acumulada a lo largo de la vida es magnífico. Pero para ello necesitamos, tener salud y la salud pasa necesariamente por llevar una vida más sana, incluyendo desde nuestra alimentación, realizar ejercicio, evitar hábitos tóxicos (tabaco, …), evitar relaciones sociales tóxicas,…., en definitiva, unas pautas muy básicas, que de no cumplirlas, acabarán por pasarnos factura.
Gracias por tu tiempo; un cordial saludo