En este artículo, dedicado al tema de la disfunción eréctil, más conocida como impotencia, se aborda un tema que al igual que otros que afectan a la esfera sexual, tiende a ocultarse, renunciando en muchos casos, a buscar ayuda médica para su resolución. En general, cualquier problema de salud que tenga que ver con la función genitourinaria, suele taparse y mantenerse como un gran secreto, que incide en mayor o menor medida en la vida del afectado, pero para el cual, paradójicamente, no se busca tratamiento.
Así, problemas enfermedades que tengan que ver con la función excretora (incontinencia urinaria, incontinencia fecal, portadores de colostomía, …), la función sexual, especialmente las infecciones, tienden a silenciarse. En contraposición, otras enfermedades como el cáncer de próstata, el cáncer de mama, los problemas musculares derivados de trabajar en espacios poco ergonómicos, los problemas renales que se detectan casi siempre con una simple analítica (medición de la creatinina), no están sometidos a ese tabú, afortunadamente, por lo que los afectados no tienen ningún problema en buscar ayuda médica y ponerse en tratamiento si es necesario.
Pero, en la disfunción eréctil esto no ocurre; se oculta y se deja pasar el tiempo y cuando se intenta poner solución al problema , generalmente se está ante un cuadro de largo tiempo de evolución, lo que implica que el tratamiento va a ser más dificultoso y las posibilidades de éxito serán dudosas. Una vez planteado ya el problema, que no es otro que el estigma que rodea a ciertas enfermedades, «entramos en harina» y abordamos la disfunción eréctil.
¿Qué es la disfunción eréctil?
La disfunción eréctil, también conocida como impotencia sexual masculina, es la incapacidad persistente para conseguir o mantener una erección que permita una relación sexual satisfactoria. Ocurre cuando se tiene dificultades para lograr o mantener una erección. Para hablar de disfunción eréctil, ocurre como con la hipertensión arterial, es necesaria una permanencia en el tiempo.
En el caso de la disfunción eréctil, esta incapacidad debe repetirse durante un mínimo de 3 meses. Su origen puede ser psicológico, o bien, puede obedecer a una patología ligada a la circulación sanguínea. Eso es algo, que las diferentes pruebas médicas, habrán de detectar para poder establecer una solución.
Una vez «intuida» su presencia, lo más aconsejable es buscar ayuda médica, por varias razones:
- Si el afectado cree padecerlo, eso le hace estar más pendiente de que se produzca la erección, lo que le genera más ansiedad y estrés, con lo que la propia ansiedad, puede actuar como «la pescadilla que se muerde la cola».
- En el caso de que se confirme el diagnóstico, a día de hoy, con independencia de la causa, existen diferentes opciones de tratamiento.
- Es fundamental evitar una disminución de la autoestima de la persona afectada, con independencia del origen que esté provocando esta alteración.
Si una vez confirmada la disfunción se opta por aplicar la ley del silencio, esta opción solo conduce a un empeoramiento del problema y a un sufrimiento innecesario
.
Mecanismo fisiológico de la erección
En la siguiente presentación interactiva se explica el mecanismo fisiológico de la erección.
¿Cuándo empieza la disfunción eréctil?
Es esta una pregunta difícil de responder, por la sencilla razón de que el mecanismo de la erección es complejo y en él, pueden intervenir distintos factores, tanto de naturaleza psicológica, como de carácter meramente orgánico. A partir de ahí, posteriormente veremos como el origen de la disfunción eréctil puede ser bastante variado.
Aproximadamente un 20% de los hombres con edades comprendidas entre los 25 y los 75 años tienen problemas de erección, lo que equivale que casi 2 millones de hombres en España sufren este problema, aunque no todos tienen una disfunción completa.
Conviene distinguir claramente entre:
- Disfunción eréctil.
- Falta de deseo.
- Alteraciones en la eyaculación.
- Trastornos del orgasmo.
Un punto importante, es que casi la mitad de los varones retrasa la visita al médico, aproximadamente un año, en cuanto se percata de los primeros síntomas de una posible disfunción.
En la siguiente tabla, puede apreciarse la correlación existente entre edad y presencia de disfunción eréctil.
Edad | Disfunción eréctil |
30 – 39 | 2% |
40 – 49 | 10% |
50 – 59 | 16% |
60 – 69 | 34% |
70 – 80 | 53% |
Como se deduce de los datos comentados hasta aquí, la disfunción a los 20, 30, 40, 50, 60, 70 o más 80 años, se va incrementando ha medida que lo hace la edad, En definitiva la disfunción eréctil, es un problema estrechamente vinculado a la edad, ya que uno de cada cinco varones con más de 18 años, la padece.
A medida que va aumentando la edad del varón, el riesgo de disfunción va incrementándose también; concretamente a partir de los 40 años, este aumento se produce de manera exponencial.
Esta relación entre erección y edad, hay que entenderla también considerando los cambios que el propio proceso de envejecimiento conlleva en el organismo humano y que afectan a todos los órganos y sistemas, de modo que los diferentes aparatos y sistemas implicados en el proceso de erección (sistema nervioso, aparato cardiocirculatorio, órganos de los sentidos, aparato reproductor, …), sufren un progresivo «desgaste» fruto del paso de los años, que se traduce en una erección de menor calidad.
Para finalizar este punto acerca de la relación entre disfunción sexual y edad, este vídeo es muy significativo.

¿Qué provoca la disfunción eréctil?
La disfunción eréctil no es una enfermedad, sino un síntoma, que en ausencia de causa psicógena, es «un síntoma de una afectación de vasos y nervios responsables de la erección, sea por tabaquismo, diabetes, hipertensión por el envejecimiento con la edad, sedentarismo, sobrepeso y obesidad, etc.» De hecho, recalca, «las enfermedades cardiovasculares son una causa importante de la disfunción eréctil«.
Manuel Girón de Francisco, del Servicio de Urología del Hospital Universitario La Paz
Partiendo de esta definición, determinar las causas que provocan la disfunción eréctil no es fácil. teniendo en cuenta que este proceso tiene lugar por un complejo mecanismo que requiere la coordinación y buen funcionamiento de estructuras tan diversas como el sistema nervioso, el aparato circulatorio, el sistema endocrino, … y la ausencia de sustancias externas que puedan interferir en este proceso.
Patologías tan diversas como la diabetes, problemas respiratorios de diverso tipo (asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, ...), alteraciones del tiroides, consumo de alcohol, tabaquismo, determinados medicamentos, ansiedad, ..., son algunas de las causas que aun sin conocer su mecanismo, se asocian a una mayor frecuencia de problemas de erección.
A grandes rasgos, puede decirse que los factores que pueden generar una disfunción pertenecen a uno de los siguientes grupos:
- Factores hormonales.
- Factores orgánicos.
- Factores psicológicos.
Por supuesto, cabe la posibilidad de que en una persona concurran varias causas capaces de provocar una disfunción sexual.
En la siguiente infografía, se analizan con más detalle los factores que están implicados en el origen de la disfunción eréctil.
En definitiva, la disfunción eréctil puede estar provocada por diferentes causas, con predominio de unas sobre otras en función de la edad del afectado.
La idea fundamental es que con independencia del origen de la disfunción eréctil, siempre se debe buscar ayuda médica para solucionar una alteración que tiene tratamiento y evitar sufrimiento y complicaciones mayores.
¿Cuáles son los síntomas de la disfunción eréctil?
Los síntomas que tienen que ver con los problemas de erección van a depender de la edad del afectado, del grado de afectación (no siempre hay una ausencia total de erección), a veces el cansancio y el propio estrés del día a día, pueden manifestarse en forma de un fallo en la erección que sirve como punta de lanza de posteriores enfermedades cardiovasculares, …
En definitiva, cada persona es un mundo, y si bien, centrarse en conseguir el máximo rendimiento siempre es un gran error, ocultar el síntoma y no buscar solución, tampoco ayuda.
Por lo tanto, siempre será necesario consultar con el profesional sanitario la presencia de problemas que tengan que ver con la erección, especialmente cuando estos ocurran con una cierta frecuencia, ya que un fallo puntual, forma parte de la cotidianeidad que vive todo el mundo, pero que nadie admite
- Uno de los temas a tener en cuenta es el cansancio (cansancio y disfunción eréctil).
Es cierto que la vida actual, con el estrés y el ritmo de trabajo que la inmensa mayoría de la población tiene, puede hacer que el hombre se encuentre cansado y en un momento dado, no tenga ganas de mantener relaciones sexuales.
Sin embargo, no es menos cierto que la ansiedad, el cansancio y la existencia de una disfunción eréctil encubierta, son razones que frecuentemente da un porcentaje importante de hombres, para evitar los encuentros sexuales.
Se rompe así el mito, de que el varón prácticamente siempre está dispuesto para mantener relaciones sexuales.
La realidad que se esconde bajo esa supuesta ansiedad y cansancio, es el miedo a que aparezca un problema de fallo en la erección, con la consiguiente vergüenza que esto supone para el varón. Sin embargo, este ocultamiento a partir de una cierta edad, afortunadamente, está tendiendo a desaparecer.
- Problemas de erección en jóvenes
Actualmente se sabe que la disfunción eréctil es cada vez más frecuente y afecta a varones de edades más tempranas. Una posible explicación es que este tema está dejando de ser tabú, con lo cual los afectados, reconocen la alteración y lejos de ocultarla, buscan ayuda profesional.
De hecho el grupo de pacientes jóvenes que busca ayuda médica ha aumentado en un 15%.
Normalmente cuando se habla de adultos jóvenes, con edades comprendidas entre los 20 y los 40 años, en los cuales no hay patologías que tengan que ver con la circulación sanguínea, el origen de esta alteración suele ser de tipo psicológico.

Si hay un tópico ligado a la disfunción sexual en población joven, es el que tiene lugar con el cine de adultos, donde se crean unas expectativas (duración, posturas, cuerpos, …) que son totalmente irreales, en una relación normal.
Tener claro que no todos los hombres disfrutan de unas relaciones sexuales satisfactorias, donde su erección es perfecta siempre, es el primer paso para dejar de preocuparse por este problema y evitar la ansiedad anticipatoria que puede favorecer su aparición.
En caso de que se produzca, tratar el asunto de forma natural con la pareja es otra clave decisiva para no convertir un grano de arena en una montaña.

Gravedad de la disfunción
Para poder determinar si la disfunción eréctil es más o menos severa, se recurre a los grados de rigidez durante la erección, distinguiéndose 4 grados:
- Disfunción eréctil grave: el pene está más grande, pero no duro.
- Disfunción eréctil moderada: el pene está duro, pero no no suficiente para una penetración.
- Disfunción eréctil leve: el pene está duro para una penetración, pero no lo suficiente firme.
- Sin disfunción eréctil: el pene está duro y lo suficientemente rígido.
¿Cómo curar la disfunción eréctil?
¿La disfunción eréctil se cura?
En principio podría decirse que sí, aunque esta respuesta está condicionada a lo temprano de su diagnóstico y a la salud general de la persona.
Antes se ha comentado que en no pocos casos, este trastorno se plantea como un síntoma de un problema cardiovascular o de otra patología que interfiere en el complejo mecanismo de la erección.
En la medida en que esa patología de base que está generando la disfunción se trate adecuadamente, lo normal es que la disfunción desaparezca o se ponga de manifiesto muy de tarde en tarde.
Si esa no es la situación, y lo que se quiere es abordar la disfunción en sí, con independencia de su posible origen, también hay diferentes opciones, que incluyen:
- Psicoterapia.
- Cirugía.
- Bombas de vacío.
- Ondas de choque.
- Farmacoterapia.
Disfunción eréctil y medicamentos
A nivel de farmacoterapia, o lo que es lo mismo, uso de fármacos, para el tratamiento de la disfunción eréctil, pueden distinguirse los siguientes grupos de medicamentos:
- Terapia de reemplazo de testosterona (similar a la terapia de reemplazo de estrógenos usada en la menopausia), la cual solo tiene utilidad si la disfunción eréctil es consecuencia de una deficiencia de esta hormona.
Si esta disfunción obedece a otra causa, esta medicación carece de utilidad.
- El alprostadilo pertenece a una clase de medicamentos llamados vasodilatadores, la cual actúa relajando la musculatura y los vasos sanguíneos del pene, permitiendo así la llegada de suficiente cantidad de sangre como para que se produzca la erección.
Está disponible para ser administrado en inyectable, como crema intrauretral y como bastoncillo intrauretral.
- Inhibidores de la 5-fosfodiesterasa: sildenafilo, tadalafilo, vardenafilo, avanafilo.
Los fármacos de este grupo son todos ellos de administración oral, y el primero que apareció (el sildenafilo, nombre comercial Viagra), representó una auténtica revolución en el tratamiento de la disfunción eréctil.
En la siguiente infografía se analizan las principales características de este grupo de medicamentos.
¿Quién trata la disfunción eréctil?
En determinados casos, por ejemplo, ante una disfunción eréctil de origen psicológico, puede que también sea necesaria la intervención de un psicólogo, pero partiendo siempre de la base de que cada enfermo es un mundo y dependiendo de la complejidad de su caso, a veces los grupos multidisciplinares pueden ser una opción a considerar.
Ante una sospecha de disfunción eréctil, lo más correcto es acudir al médico de cabecera, quien muy probablemente derivará al afectado al urólogo, que es el especialista encargado de los problemas urinarios en la mujer y de los trastornos urogenitales en el varón.
Tratamiento psicológico
El tratamiento psicológico está indicado obviamente para aquellos casos de disfunción eréctil psicógena, en los cuales no hay una causa orgánica que justifique el problema.
El problema se plantea cuando el miedo a que esa situación se repita, genera sensaciones de angustia y estrés que llevan a evitar los encuentros sexuales, o bien, a estar pendiente de que se produzca la citada erección, con lo cual las posibilidades de que ésta se repita aumentan.
Cuando el afectado se percate de que el miedo a sufrir un problema de disfunción está afectando a su vida sexual, debe buscar la ayuda de un profesional. En este caso, el profesional adecuado será un psicólogo, quién le dará diferentes pautas para manejar esa situación y junto con la colaboración de su pareja, centrarse en encontrar el placer y no, en si se produce o no, la mencionada erección.
Por supuesto, no consumir sustancias que puedan influir en el rendimiento sexual (drogas), es básico para conseguir subsanar este trastorno.
¿Cómo tratar la disfunción eréctil de forma natural?
En primer lugar habría que aclarar qué se entiende por «tratar la disfunción eréctil de forma natural«.
Si al hacer referencia a esos tratamientos, nos estamos refiriendo a plantas medicinales de dudosa procedencia, y para algunas de las cuales existen ciertos estudios científicos, cuyas revisiones correspondientes indican claramente, que la calidad de esos estudios es baja, ciertamente basar el tratamiento en este tipo de productos naturales, no es la solución.
En definitiva, remedios mágicos ya sea de origen animal o vegetal para tratar la disfunción eréctil, no existen. Así de simple y claro.
Lo que sí puede considerarse una forma natural de tratar la disfunción eréctil es llevar un estilo de vida saludable:
- Realización de ejercicio.
- Alimentación saludable.
- Ausencia de estrés y ansiedad.
- Evitación de estrés y hábitos tóxicos.
- No consumir alcohol, tabaco, u otro tipo de drogas.
Esa es la forma más natural de tratar la disfunción eréctil: EVITAR SU APARICIÓN SIEMPRE QUE SEA POSIBLE y si aparece, buscar ayuda médica.
Disfunción eréctil y biodescodificación
Todos aquellos trastornos o enfermedades de mal pronóstico o que comportan una fuerte estigmatización, son el campo perfecto para que las pseudociencias «hagan su agosto», con independencia del mes que sea. Esta situación ya se comentó en el artículo dedicado a tratar la esquizofrenia.
Según sus defensores, en el caso de la disfunción eréctil, la biodescodificación permite viajar hacia atrás en el tiempo, para observar que es lo que ha ocurrido en la vida de esa persona, y especialmente, en su primera relación sexual. Se intenta indagar si existió miedo, culpa, vergüenza, rencor, presión, …, analizando todas las historias que hay grabadas en esa persona, tanto pasadas como presentes.
Lo mejor de todo esto es que es un tratamiento natural y sin contraindicaciones, que permite tomar conciencia del conflicto emocional que hay detrás y volver a conectar con la sexualidad del afectado.
En definitiva, una pseudociencia más que aprovecha el pudor que genera esta alteración, para hacer caja ofreciendo simple y llanamente «HUMO».
Respecto a ti, que me lees habitualmente, ya sabes: si te ha gustado, comparte en las redes sociales y deja tu comentario.