Un nuevo artículo, en el cual abordaremos el tema de los seguros, y más en concreto la historia de los seguros de vida y de salud.
En la sociedad actual, donde todo son prisas y alegría desbordante, el hecho de no poder tenerlo todo controlado, para muchos supone una incertidumbre, que en más de un caso acaba desembocando en un cuadro de ansiedad.
El auge de los diferentes tipos de seguros, al margen de que sean obligatorios o no, confiere para muchas personas, una sensación de tranquilidad que les permite convivir con las mil y una desgracias que pueden ocurrir.
Los avances médicos que en unos casos han permitido salvar vidas recurriendo a la cirugía, como sería por ejemplo en una carcinomatosis peritoneal, en otras ocasiones se convierte en la posibilidad perfecta para cambiar un físico con el que el sujeto no se encuentra satisfecho; los ejemplos posibles incluyen la abdominoplastia, los trasplantes capilares y otras opciones que ofrece la cirugía estética.
Ahora bien, el paso por un quirófano, aun recurriendo a las mejores clínicas, no debemos olvidar a las clínicas de cirugía estética las cuales han proliferado como las setas y en general se caracterizan por la calidad de sus servicios, comporta siempre una serie de posibles complicaciones, incluso en el campo de la estética, donde el paciente es una persona sana; no hablamos de otros procesos como podría ser una mastectomía en el contexto de un cáncer de mama, donde la salud de la paciente está ya bastante tocada, en parte como consecuencia del propio proceso oncológico.
En cualquiera de estas situaciones, los profesionales están cubiertos por los correspondientes seguros de responsabilidad civil.
A veces, determinados procesos diagnósticos, como una gastroscopia, dado su carácter invasivo, también comportan un riesgo, que en cierto modo se contrarresta con la póliza adecuada, previendo un fatal desenlace de este acto médico.
A su vez, los avances de las nuevas tecnologías y su aplicación al campo de la salud, la denominada salud 2.0, permiten prácticas médicas que hace unos años eran impensables; sería el caso de las consultas online, muy comunes en ciertos sectores sanitarios, como las consultas de nutrición, entre otras.
Llegados a este punto, hay un aspecto que cobra especial importancia dada la sensibilidad de la información que se está manejando, y no es ni más ni menos que la protección de datos. En todos estos casos, el riesgo de un ciberataque y el robo de datos muy personales, también obliga a contratar los correspondientes seguros para hacer frente a posibles indemnizaciones millonarias.
Por otro lado, actualmente el comercio electrónico ha crecido a un ritmo impensable, afectando a sectores tan diferentes como muebles, productos sanitarios de distinto tipo (lentillas, repelentes de insectos y otros artículos de parafarmacia, desde cremas dermocosméticas, pasando por medias de compresión, productos de higiene dental, …, por citar solo unos cuantos ejemplos).
Esta forma de transacción comercial también requieren de la contratación de los correspondientes seguros.
En definitiva, la forma de vida actual, en unos casos obliga por ley a contratar determinadas pólizas, mientras que en otros es aconsejable contar con diferentes pólizas para hacer frente a posibles imprevistos, ya sean debidos a errores humanos, o a la acción de las fuerzas de la naturaleza.
Hasta aquí, se ha descrito la situación que nos rodea y el papel fundamental que desempeñan diferentes tipos de seguros.
Ahora ya es momento de “entrar en harina” y explicar cuál ha sido el origen y la evolución de seguros tan comunes, como los de vida o los de salud.
¿Cuál fue el primer seguro de la historia?
Responder a esta pregunta es complicado, pues depende de la zona del globo que consideremos, y además, ya desde los comienzos de las diferentes civilizaciones, existían distintos seguros.
Lo que sí está claro es que cuando el hombre se implicaba en una actividad en la que se jugaba su bienestar económico, y por supuesto su propia vida, intentaba que si dicha actividad fracasaba, las repercusiones de cara al futuro, fuesen lo menos traumáticas posibles.
En este sentido, diferentes historiadores se remontan a la Edad Antigua y a las distintas civilizaciones existentes en la época, para encontrar ciertos “contratos o préstamos”, que se asemejaban a los modernos seguros.
Las primeras civilizaciones, intentaban proteger sus intereses personales y comunitarios, de modo que como vivían en pequeñas agrupaciones de personas, la colaboración entre ellos facilitaba el hecho de hacer frente a cualquier problema que tuviese que ver con la consecución de comida, la caza de animales o problemas de otra naturaleza. Partiendo de un sentido de solidaridad, si una familia se veía desamparada, el resto del grupo asumía la responsabilidad de su protección.
Los primeros seguros, tanto en civilizaciones como Roma, Babilonia, China o Grecia, estaban ligados a una actividad que tenía mucha importancia en la época. Dicha actividad no era otra que la navegación.
Cualquier viaje marítimo estaba amenazado por diferentes peligros: naufragios, ataques de otros barcos, enfermedades, …, que podían hacer que el barco no llegase a su destino y la transacción comercial fallase.
Surgieron en esta época los denominados “préstamos a la gruesa”. El origen de los seguros se conocían como préstamos a la gruesa ventura, que pretendían cubrir las consecuencias económicas de una importante actividad de la época: los viajes comerciales por vía marítima.
Su funcionamiento se explica en la siguiente infografía.
Este tipo de préstamo, data de la antigua Babilonia, hace 4000 años, siendo recogido en el código de Hammurabi.
En Rodas (Grecia) también existían préstamos a la gruesa, con la finalidad de proteger el comercio marítimo.
Tendrían que pasar todavía varios siglos para la creación de las modernas pólizas de seguros.
El primer documento que recogía los puntos que actualmente incluyen las pólizas de seguros data del año 1347, y cubría el riesgo de naufragio de un navío de mercancías que cubría la ruta Génova-Mallorca.

Ya en la Edad Media, caracterizada por la aparición de los distintos de los distintos gremios, se crearon las llamadas guildas, consistentes en asociaciones de personas del mismo gremio, las cuales pagaban una cuota, que les permitía tener un fondo de protección mutua el cual cubría los daños causados por un incendio, un robo, una muerte o incluso una enfermedad que impidiese seguir trabajando.
Fue también en esta época cuando aparecieron los primeros seguros sobre la vida humana. Estos seguros se crearon como consecuencia de la expansión del comercio marítimo, que en no pocas ocasiones sufría actos de piratería, los cuales suponían la captura de la tripulación y la posterior petición de un rescate, que si no era pagado, conllevaba el lanzamiento al mar de los tripulantes apresados.
La creación de las primeras compañías aseguradoras se produjo en 1666 a raíz del “gran incendio de Londres”, que significó la desaparición de gran parte de la ciudad. Al año siguiente se creó la aseguradora contra incendios Fire Office.
Los distintos ejemplos comentados hasta aquí, significaban las primeras formas de protección frente a diversas contingencias; a partir de estas formas de protección un tanto rudimentarias y a medida que la economía ha ido creciendo, estos sistemas han ido evolucionando y se han creado las distintas compañías que ofrecen los diferentes tipos de seguros, tal y como los conocemos actualmente.
Historia del seguro en España
Antes de entrar de lleno en la historia del seguro en España, que se desarrolló de forma muy similar a cómo lo hizo en el resto del mundo, conviene centrarse en la teoría del seguro:
«El seguro es uno de los contratos más ventajosos que han introducido las gentes: por él adquiere el Comerciante, desde su propia casa, interés en las dependencias de Europa: disfruta parcialmente de las negociaciones que se hacen en los parajes más remotos: reparte entre otros los riesgos que no quieren correrse: es un encadenamiento físico del Comercio: se compran al contado las seguridades: se venden a cierto tiempo las condiciones y los peligros: es Contrato que da esfuerzo para hacer gruesas dependencias: anima al tímido, proporciona habilitación al que no tiene mayores fondos: fomenta la Navegación: facilita los préstamos: presenta a los Aseguradores unos negocios lícitos sin entrar haciendo desembolsos efectivos; y sostiene una circulación continua de contratos, que utiliza y condecora a la Nación.»
Juan de Mora y Morales, comerciante gaditano: memoria que sometió a la Junta de Directores de Compañías de Seguros, Cargadores y Navieros de Cádiz, 1786
En nuestro país, el origen de los seguros es el mismo que en el resto del mundo, siendo su base el transporte de mercancías por vía marítima, viajes que estaban expuestos a riesgos promovidos por el ser humano (ataques de piratería, guerras), mientras otros eran debidos a fuerzas de la naturaleza (tormentas y oleaje que podían provocar un naufragio, o bien, diferentes enfermedades, que en aquella época podían acabar prácticamente con casi toda la tripulación).
Los primeros documentos existentes, se correspondían con los seguros marítimos, tenían un carácter capitalista y buscaban un beneficio comercial.
Con el descubrimiento de América y el establecimiento de determinadas rutas comerciales, es cuándo tales seguros adquieren su máximo esplendor.
De hecho, en esta época (siglo XVIII) se crearon las primeras compañías de seguros marítimos.
En el siglo XIX, comenzaron a crearse compañías de seguros de vida y de seguros generales.
Concretamente en el año 1908, se promulgó la Ley del Seguro, la cual marcó 2 hitos fundamentales:
- Se creó el Instituto Nacional de Previsión, base del Sistema de Seguridad Social posterior.
- Fue el primer elemento legislativo dedicado exclusivamente a la regulación del sector de los seguros, sirviendo de base para organizar el mercado de distintos seguros privados que ya estaban operando en España.
¿Cuándo surgió el seguro de vida?
A medida que el hombre percibe que la muerte, la enfermedad y otros riesgos similares, pueden poner fin a su vida, o dejar a sus seres queridos en una situación de difícil subsistencia, es cuando comprende la importancia del seguro de vida como forma de asegurar un capital económico que le permite a él o a sus allegados, una vida sin miserias de tipo económico.
Antes de continuar conviene dejar claro qué es un seguro de vida, el cual es un seguro que cubre el riesgo de muerte, supervivencia e incapacidad. Este seguro cubre los riesgos que pueden afectar a la existencia, integridad o salud de las personas; para que tenga validez, obviamente es necesario que el seguro esté debidamente formalizado.
Respecto a la invención del seguro de vida, si bien la información es confusa, los historiadores sitúan este momento en 1706, año en el que se creó la compañía inglesa Amicable Society, la cual es considerada como la creadora del seguro de vida.
Esta compañía establecía que todos los asegurados pagaban la misma cuota al año, si bien el único requisito que exigía era no superar la edad de 45 años.
En este mismo siglo, se crearía la primera aseguradora de vida, Equitable Assurances on Lives and Survivorships, la cual resultó ser pionera en el uso de la estadística en la elaboración de las tarifas de sus pólizas de vida a largo plazo.
Dicha empresa continúa funcionando actualmente.
- Para entender el auge de los seguros de vida, hay que considerar la evolución de las matemáticas y el cálculo de probabilidades; fruto de estas investigaciones y estudios se construyó la Tabla de Mortalidad de Struyck publicada en 1750, la cual es considerada un trabajo y un avance considerable en demografía como disciplina científica.
- Continuaron los avances en el campo de las matemáticas, y más en concreto en el cálculo de probabilidades, dando origen al teorema de Bernouilli sobre la Ley de los grandes números, la cual resultó fundamental para la creación de la ciencia aseguradora moderna.
Otra fecha igualmente importante es el 8 de julio de 1848, ya que en dicho día se creó el Instituto de Actuarios de la Gran Bretaña e Irlanda, constituido por un grupo de científicos que continuaron desarrollando los estudios actuariales.
Durante el último tercio del siglo XIX y todo el siglo XX, el seguro de vida contaba ya con un magnífico desarrollo, llegando a convertirse en un elemento consustancial a la vida moderna.
En los siglos XVIII y XIX, existían ya compañías aseguradoras en Europa y en América, muchas de las cuales existen en la actualidad.
En lo que respecta a España, la evolución de los seguros estuvo basada en 3 pilares:
- Llegada de empresas extranjeras.
- Aumento de las sociedades anónimas.
- Fusión de aseguradoras y entidades bancarias.
De esta forma surgieron las compañías aseguradoras como las conocemos actualmente. Las pioneras fueron La Unión y El Fénix, que posteriormente se unirían dando lugar a Catalana Occidente.
En principio estos seguros se implantaron en Madrid y Barcelona, aunque progresivamente se fueron extendiendo por otras ciudades españolas con gran tradición en el comercio naval.
Como se ha dicho en el apartado anterior, los seguros de vida no son una invención que ha prosperado en los últimos siglos; de hecho, su origen hay que buscarlo en la Antigüedad, existiendo ejemplos en las distintas civilizaciones, si bien a lo largo de las diferentes edades del hombre, los distintos seguros han ido evolucionando y expandiéndose.
Este punto se explica en la siguiente infografía.
En la actualidad, los seguros de vida constituyen un apartado importante en la planificación financiera de un considerable número de personas, cuya situación económica, evidentemente, permite su contratación.
¿Cuál es el origen de los seguros de salud?
Antes de buscar el origen de los seguros de salud, conviene definir qué se entiende por seguro de salud.
Como ya se mencionó en el artículo correspondiente, un seguro de salud es un contrato firmado con una empresa encargada de correr con los gastos por concepto de servicio médico, de acuerdo al plan acordado por el grupo familiar o por la persona que haya decidido adquirirlo de manera individual.
En definitiva, un seguro de salud proporciona tranquilidad a los contratantes (igual que el resto de seguros), pues implica diferentes servicios y privilegios, que si son necesarios, resultan de gran utilidad para hacer frente a distintos problemas médicos.
Dentro de este seguro, existen distintas modalidades con diferentes coberturas, pero a mayor cobertura, más elevada es la cuota a pagar.
Al contrario de lo que podría pensarse, el seguro médico no es una creación del siglo XX, sino que como en los otros seguros ya mencionados, su origen se remonta a la Antigüedad.
- Griegos y egipcios disponía de métodos de atención médica a sus ciudadanos, los cuales funcionaban como sistemas de asistencia médica estatal o comunitaria.
- En la Antigua Roma, los ciudadanos podían acudir a médicos y hospitales públicos financiados por el estado, aunque este sistema no era equiparable a los sistemas de seguro actuales.
- En la Edad Media, aparecieron los primeros seguros sanitarios basados en el sistema de igualas, las cuales consistían en la contratación de un médico por un gremio de trabajadores; este médico atendía las necesidades médicas de sus miembros, quienes pagaban una cuota o “iguala” de carácter anual, que permitía cubrir el salario del médico y garantizar la cobertura sanitaria de todos los trabajadores de ese gremio.
- Los primeros seguros de salud aparecieron a finales del siglo XIX y principios del XX en países como Alemania, donde destacó el sistema implementado por Otto von Bismarck, el cual estaba basado en la contribución de empresarios y trabajadores, proporcionando la asistencia médica necesaria.
Posteriormente y en distintos países, a medida que se fue asentando la Revolución Industrial, se comprobó que ni las igualas médicas, ni los sistemas públicos eran lo suficientemente eficaces, lo que trajo como consecuencia la creación de las primeras empresas aseguradoras de salud privada.
En definitiva, los sistemas de salud han ido evolucionando a lo largo de los años, adaptándose a las características de cada país.

A modo de ejemplo, en Estados Unidos, los seguros de salud privados fueron todo un éxito en el siglo XX, aunque el gobierno implementó programas como Medicare y Medicaid, para facilitar la atención sanitaria de ciertos colectivos.
Por otra parte, los avances en las tecnologías de la información y la comunicación, han permitido la creación de diferentes apps médicas, así como la implementación de la telemedicina, la cual supone un punto importante en la atención médico-paciente, ya que permite un ahorro tanto de tiempo, como de dinero, al evitar desplazamientos para tratar ciertos problemas de salud, que pueden solventarse mediante una videoconferencia.
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2 comentarios en «HISTORIA DE LOS SEGUROS DE VIDA Y SALUD»
Si ya desde que nacemos empezamos a pagar el seguro de nuestro entierro, cómo no va a ver tantos seguros. Buen articulo. Un abrazo
Gracias Nuria por su comentario.
Me alegra saber que considera interesante el artículo.
Un cordial saludo