Un nuevo artículo dedicado a un tema que por sus características, suele estar infradiagnosticado e infratratado; ese tema no es otro que la incontinencia fecal.
No hay que olvidar que aquellos problemas de salud relacionados con la eliminación de desechos, la esfera sexual y la esfera mental, son cuadros que estigmatizan a quién los padece.
Esto ocurre en aquellas personas que son portadoras de una colostomía, en quienes padecen ciertos problemas digestivos como la intolerancia a la lactosa, en varones con problemas de erección, problemas miccionales de distinto origen, así como alteraciones psicológicas incluyendo desde un cuadro fóbico, una esquizofrenia, una enfermedad bipolar, problemas de ansiedad, afectaciones del neurodesarrollo, así como ciertas alteraciones ligadas al comportamiento alimentario.
En casi todos estos cuadros, la persona afectada, por vergüenza no acude al médico en cuanto aparecen los primeros síntomas. No es infrecuente que algunos de estos problemas se consideren propios del envejecimiento y consecuentemente, inevitables.
¿Qué ocurre cuando esta persona no acude al médico?. Pues la respuesta es bien sencilla.
En general, cualquier patología dejada a su libre albedrío tiende a empeorar, con lo cual cuando el paciente acude al médico ya solo caben soluciones paliativas, como ocurre con la incontinencia urinaria, o lo que es peor, a veces patología ya es más severa, como podría ocurrir con los problemas de próstata y el cáncer de próstata, por citar solo algunos ejemplos.
Otro problema no menor, que también se deriva de este comportamiento es el de recurrir a «remedios naturales», soluciones propuestas por algún familiar, o incluso productos milagrosos que se pueden conseguir de forma rápida vía internet. Por supuesto que aquí existe el riesgo de adquirir productos que no tienen ningún control sanitario, el cual sí es aplicable a cualquier medicamento. así como ser presa de pseudociencias, que en el mejor de los casos acaban vaciando el bolsillo del afectado.
Y es que a la hora de buscar información sobre un problema de salud en internet, hay que saber el grado de confiabilidad que ofrece una página, y por otro lado toda alteración por muy privada o escatológica que pueda resultar, siempre debe ser consultada con un profesional de la salud, lo más común es acudir al médico de cabecera.
Tampoco conviene dejarse llevar por nuevas soluciones para problemas habituales, pues en muchos casos detrás de esas soluciones hay imponentes operaciones de marketing, como ocurre con los cristales especiales para evitar el efecto de las pantallas sobre los ojos, determinadas plantas medicinales que aparentemente son muy útiles en cuadros crónicos como la fibromialgia, dietas maravillosas para conseguir una figura esbelta (dieta macrobiótica, productos detox, …).
En resumen, mucho ojo con todo lo que se lee y se oye por ahí, pues los bulos circulan a velocidad de vértigo y consulta a un médico o un farmacéutico, que te ofrecerán un servicio o un consejo personalizado y adaptado.
Una vez planteada ya la problemática que suele acompañar a este problema de salud, es hora de “entrar en harina” y abordar ampliamente el problema de la incontinencia anal.
¿Qué es la incontinencia fecal?
La incontinencia fecal también se conoce como incontinencia anal, fuga intestinal accidental o encopresis (incontinencia fecal en niños).
Consiste en la incapacidad para controlar la liberación de heces de forma voluntaria, pudiendo manifestarse como escapes espontáneos o urgencia para ir al baño sin poder contenerlo.
Desde el punto de vista de la sintomatología que se produce, se distingue entre:
- Incontinencia pasiva, consistente en el paso involuntario de materia fecal o gas, sin que el afectado se dé cuenta.
- Incontinencia de urgencia, que implica el paso de materia fecal a pesar de un esfuerzo activo para tratar de retener las deposiciones.
- Ensuciamiento anal, que consiste en la pérdida de pequeñas cantidades de deposiciones sin darse cuenta, seguido posteriormente de una evacuación de consistencia normal.
¿A quién afecta la incontinencia anal?
Las cifras reales de afectados por este problema realmente se desconocen, siendo un cuadro infradiagnosticado por la vergüenza que ocasiona consultar esta afectación con el médico.
La incontinencia fecal es un problema frecuente que afecta a 1 de cada 3 personas que acuden a su médico de cabecera, aunque es un problema cuya frecuencia se incrementa con la edad, siendo una de las razones por las cuales la persona anciana es ingresada en una residencia. En este grupo poblacional, los últimos estudios indican que afecta al 20% de la población mayor de 65 años.
En adultos no hospitalizados, aparece en un porcentaje comprendido entre el 7 y el 15%, mientras que en los hospitalizados estas cifras oscilan entre el 18 y el 33%.
La presencia de otras comorbilidades (diarrea, mala salud general, patologías crónicas que afectan al tracto digestivo, lesiones en el suelo pélvico, incontinencia urinaria, ...) facilitan su aparición.
En las personas jóvenes, la incontinencia anal es más frecuente en mujeres (iniciándose después del parto) que en varones, pero esta diferencia se minimiza con la edad, y a partir de los 70 años ya no existen diferencias entre uno y otro sexo.
La incontinencia fecal también se observa en niños, afectando aproximadamente al 2,8% de los niños de 4 años; esta frecuencia disminuye a medida que aumenta la edad del niño.
¿Por qué se produce la incontinencia fecal?
Antes de entrar a explicar las causas capaces de generar una incontinencia anal, es conveniente tener claro cómo funciona el proceso de la defecación. En la siguiente infografía se describe este proceso.
- Diarrea, cuyo origen puede ser el síndrome del intestino irritable, la extirpación de la vesícula biliar o síndromes que cursan con una menor absorción, como ocurre en el síndrome del intestino corto.
- Enfermedades que afectan al sistema nervioso central, las cuales incluyen demencias, tumores cerebrales, lesiones medulares o esclerosis múltiple, como causa última de incontinencia.
- Enfermedad inflamatoria intestinal, la cual puede deberse a colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn o colitis por radiación.
- Enfermedades congénitas, donde se incluyen malformaciones anorrectales o la espina bífida, entre otras.
- Alteraciones a nivel del colon: impactación fecal, cirugías como la resección rectal que se hace para extirpar un cáncer colorrectal en sus etapas iniciales, prolapso rectal,…

- Neuropatías, consistentes en la afectación de los nervios que controlan esa zona abdominal; dichas neuropatías pueden deberse a su vez a causas diversas como una diabetes o una lesión obstétrica (nombre técnico que reciben las lesiones que se producen durante el parto).
- Lesiones a nivel de los esfínteres anales, los cuales pueden obedecer a motivos diversos, que básicamente pueden agruparse en 3 apartados:
- Daños obstétricos por desgarros, partos prolongados, niños de elevado peso, empleo de fórceps,…
- Daños quirúrgicos debidos a problemas que surgen en cirugías para eliminar fístulas, hemorroides,…
- Daños traumáticos o accidentales, como accidentes de tráfico valga la redundancia, empalamiento (es el denominación técnica que reciben las heridas que se producen de forma accidental, cuando un objeto atraviesa el cuerpo de una persona),…
- Edad.
Ahora bien, en modo alguno se debe considerar este problema como algo inevitablemente unido a la edad y sin solución.Como ya hemos comentado, es más frecuente en personas ancianas y su presencia suele suponer el ingreso del afectado en una residencia.
- Sexo.
- Daños en las estructuras nerviosas.
- Demencia.
- Discapacidad física.
¿Qué síntomas y qué consecuencias conlleva la incontinencia fecal?
La incontinencia fecal puede manifestarse acompañada de otros problemas intestinales, tales como:- Gases e hinchazón.
- Diarrea.
- Estreñimiento.
- Consecuencias dermatológicas, que tienen que ver con la irritación de la piel que rodea al ano, la cual suele manifestarse como picor y dolor, e incluso potenciales úlceras o inflamaciones, que lógicamente requieren ayuda médica para evitar males mayores.
- Consecuencias emocionales, que se traducen en una importante pérdida de autoestima y en un progresivo aislamiento del afectado, quien intenta evitar reuniones sociales en las que pueda ponerse de manifiesto el problema.
¿Cómo se diagnostica la incontinencia fecal?
En general, la incontinencia fecal merma la calidad de vida de quien la padece, pero esta afectación no incide por igual en la vida de cada persona. Es por ello que siempre habrá de hacerse valoración individualizada de cada caso. Existen diferentes escalas que permiten valorar la severidad de la incontinencia, lo cual es especialmente útil para determinar la eficacia de un tratamiento. En líneas generales, el diagnóstico se basa en:- Historia clínica.
- Exploración física, la cual incluye inspección del ano, tacto rectal y primera evaluación de la fuerza de los esfínteres anales.

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- Ecografía endoanal, la cual permite detectar el estado de los esfínteres anales, usando una sonda de ultrasonidos que se introduce por el ano.
- Manometría anorrectal, con la que se determina la presión de los esfínteres anales, y de esta forma la fuerza de estos y su sensibilidad para detectar la llegada de materia fecal.
- Estudio neurológico del territorio del nervio pudendo, el cual es el que controla el funcionamiento del territorio anal; se estudia así si dicho nervio funciona más o menos bien.
- Defecografía, prueba esta que resulta útil cuando la incontinencia fecal va asociada a un problema de estreñimiento previo. Es una prueba que permite evaluar el funcionamiento muscular, rectal e intestinal durante la defecación.
¿Cómo tratar la incontinencia anal?
Tapones u obturadores anales
Los estudios disponibles han mostrado resultados limitados e incompletos, planteándose estos como una opción complementaria de otros tratamientos; difíciles de tolerara por algunos afectados.

No obstante, el tipo de tapón u obturador anal ha demostrado influir en unos resultados más o menos satisfactorios.
Tratamiento dietético
Al considerar el papel que juega la dieta en el contexto de la incontinencia intestinal, hay que considerar la causa que está detrás de la misma.
Hay casos en los que existe un estreñimiento crónico, que por esa persistencia en el tiempo, acaba por afectar al intestino.
Dicho esto, una de las figuras claves en este cuadro, es la del dietista, quien indicará cuál es la dieta más idónea para controlar un problema de incontinencia.
Para empezar, la alimentación debe basarse en una dieta saludable. En algunos casos la incontinencia está íntimamente ligada al estreñimiento o a los hemorroides, con lo cual una dieta rica en fibra puede resultar beneficiosa. Por otro lado, debe tenerse en cuenta que la fibra puede provocar gases y diarrea, por lo que no todos los alimentos ricos en fibra se consideran apropiados.
Es evidente de nuevo, la importancia que tiene la figura del dietista, así como el hecho de llevar un “registro diario de alimentos” para tener constancia de qué alimentos tolera el afectado y cuáles les provocan diarrea. Como norma, se aconseja evitar alimentos que estimulen o irriten la mucosa intestinal. Por lo tanto, alimentos a evitar:
- Café y otras bebidas o comidas que contengan cafeína.
- Bebidas alcohólicas.
- Té, chocolate y similares (la justificación es la misma que para el café).
- Alimentos que contengan edulcorantes artificiales, tipo sorbitol y otros del mismo estilo.
- Azúcares y alimentos ricos en ellos (galletas, caramelos, pasteles,…).
- Alimentos picantes.
- Vegetales especialmente flatulentos (brócoli, coles de bruselas, garbanzos, guisantes,…).
Si se comprobase la existencia de intolerancia a la lactosa, habría que controlar el consumo de leche y derivados ricos en dicha lactosa. Se aconseja evitar comidas copiosas y ricas en grasas, así como también comer y beber a la vez, puesto que los líquidos ayudan a facilitar el tránsito intestinal. Estos últimos deberían tomarse aproximadamente media hora antes de las comidas.
Medicación
En otros casos, el tratamiento de la incontinencia fecal se basa en el empleo de fármacos. Como ya se ha dicho anteriormente con respecto a la dieta, dependiendo de la causa de incontinencia, la medicación a utilizar incluirá laxantes o antidiarreicos.
Los estudios disponibles indican que los fármacos antidiarreicos han resultado de utilidad en pacientes con heces líquidas.
Biofeedback
Esta opción se basa en realizar diferentes ejercicios en la musculatura pélvica para rehabilitarla, y de este modo conseguir la continencia. Es una técnica que requiere, por un lado de un profesional entrenado para llevarla a cabo, y por otro, de un paciente motivado. Actualmente existen otras opciones de tratamiento que ofrecen mejores resultados, como la neuroestimulación sacra que se comenta a continuación.
Neuroestimulación sacra
La neuroestimulación sacra ha demostrado proporcionar importantes beneficios en casos de incontinencia anal.
Es un tratamiento mínimamente invasivo y reversible. Consiste en implantar un estimulador externo en la zona sacra (situada en la parte inferior de la columna vertebral), el cual genera impulsos eléctricos en las terminaciones nerviosas que controlan el funcionamiento de los esfínteres.
Cirugía
El paso por el quirófano para combatir una incontinencia fecal incluye varias opciones:
- Reconstrucción de los esfínteres, los cuales pueden haberse dañado por causas diversas (partos complicados, cirugía para eliminar una fístula,…).
- Reparación del suelo pélvico.
- Reemplazo del esfínter.
- Colostomía definitiva, la cual sería la última opción si fallan los tratamientos anteriores.
La idea fundamental aquí, es que la incontinencia fecal puede y debe tratarse, siendo fundamental que el afectado pida ayuda médica y deje de considerar este problema como un trastorno vergonzante, que es mejor sufrir calladamente y dejar que evolucione a su libre albedrío.
Indudablemente, empeorará y supondrá el aislamiento total del afectado.
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4 comentarios en «INCONTINENCIA FECAL: UN PROBLEMA CON SOLUCIÓN»
Hola me han hecho colonoscopia pero no meacaban de solucionar el problema incontingencia va por temporadas.Epero q me de algun consejo. Muchas gracias.
Buenos días Antonio. Lamento la situación que me comenta; simplemente puedo decirle que la colonoscopia es simplemente una prueba exploratoria; hasta donde llegan mis conocimientos no permite solucionar una incontinencia.
Mi consejo es que visite a su médico o busque una segunda opinión, pues yo no soy experta en ese tema.
No lo deje estar y busque ayuda médica. Un saludo
Saludos, tengo un hijo de 14 años que padece de intestino neurogénico ya que nació con mielomeningocele. Por lo anterior padece de incontinencia fecal. Pregunta: ¿El obturador anal recoge las heces o solo es una barrera?
Gracias Jose Luis por su comentario.
Me temo que el obturador anal, es un método complementario a otros métodos como pueden ser modificaciones dietarias, tratamiento farmacológico, cirugías, neuroestimulación sacra, o cualquier otro método similar. El obturador en sí no recoge las heces; como usted dice es un método barrera, complementario a otros métodos.
En cualquier caso, consulte siempre con su médico o con el enfermero que se encargue de su hijo, pues dado el descenso en la calidad de vida que supone una incontinencia fecal, en general, tienden a salir nuevos tratamientos con cierta frecuencia.
Es probable que ellos puedan comunicarle, si hay alguna novedad que se adapte mejor a sus necesidades.
Un cordial saludo