Un nuevo artículo, que en este caso, hace referencia a las patologías más comunes del cuero cabelludo. En este blog, se han tratado enfermedades o cuadros patológicos que suponen un grave peligro para la salud de quien los padece:
- Enfermedades mentales como la enfermedad bipolar.
- La salud bucodental, muchas veces considerada un problema menor o incluso estético, cuando lo cierto es que sus complicaciones son realmente severas, especialmente en ciertos grupos de edad.
El pelo y su aspecto, al igual que las arrugas, forman parte de “esa primera impresión” que alguien da.
Si bien es cierto, que esta primera impresión, no condiciona el “éxito” de la persona, todos queremos ajustarnos a esos cánones estéticos que impone la sociedad actual; para muestra no hay más que fijarse en el éxito de las clínicas de cirugía estética, o en los laboratorios dermocosméticos, los cuales continuamente lanzan al mercado nuevos productos, muchos más sofisticados que una simple crema hidratante. Abundando en este tema, otro ejemplo es la importancia que se da a tener una adecuada rutina de cuidados faciales.
Y es que en una sociedad, donde “todo debe entrar por los ojos”, cualquier enfermedad que afecte al cabello, confiriéndole un aspecto de estar poco cuidado, o incluso la existencia de una alopecia, es vivido por quien lo padece como una tragedia, que hay que ocultar, recurriendo a pelucas o injertos capilares si es preciso. Una situación un tanto similar, aunque salvando las distancias, a la que se da en los portadores de una colostomía.
De ahí, la importancia que tiene conocer qué enfermedades afectan al pelo, pueden favorecer su caída, y lo más importante, cómo se pueden prevenir o tratar, con objeto de conseguir un cabello saludable, con el cual su portador se sienta cómodo, y evidentemente, mejore su autoestima y la confianza en sí mismo.
Hasta aquí, se ha planteado la problemática implicada en la salud del cabello; a partir de este momento procederemos a “entrar en harina” y desarrollar el tema con más amplitud.
¿Qué es una enfermedad capilar?
Una enfermedad capilar es cualquier alteración que se encuentre en el cuero cabelludo, o bien en el pelo propiamente dicho.
Esta patología es muy común, afectando a gran cantidad de personas, sin que estas sean conscientes de padecerla.
En este apartado se incluye un grupo de alteraciones muy diverso, que va desde la caspa, la dermatitis seborreica, hasta la caída del cabello, siendo el origen de esta última, sumamente variado.
Puesto que no siempre la persona que sufre una enfermedad capilar, es consciente de la misma, es importante el diagnóstico y seguimiento por parte de un profesional, normalmente un dermatólogo.
Obviamente, la persona afectada también debe comprobar el estado de su pelo, evitando siempre obsesionarse con el tema.
A veces las enfermedades capilares tienen un carácter puntual, pudiendo estar asociadas a situaciones fisiológicas como el embarazo, o por el contrario, tienden a la cronicidad, como ocurre en algunas alopecias.
¿Qué es una alopecia?
Definición
La alopecia es la pérdida anormal del cabello.
Generalmente afecta al cuero cabelludo, aunque también puede darse en otras zonas del organismo, en las que habitualmente hay pelo:
- Pestañas.
- Axilas.
- Zona genital.
- Barba.
En unos casos tiene carácter pasajero, mientras que en otros es permanente.
La palabra alopecia puede usarse como sinónimo de calvicie
, aunque este último término suele hacer referencia generalmente a una caída excesiva de pelo en el cuero cabelludo.
A nivel técnico, la alopecia es cualquier caída de pelo patológica, mientras que la calvicie se refiere a la alopecia androgenética del varón o de patrón femenino
, también conocida como calvicie común.
Ciclo capilar
Para entender una alteración tan común como la alopecia, hay que analizar el denominado ciclo capilar, así como la estructura del pelo.
Habitualmente, al estudiar la piel, suele distinguirse entre:
- Piel, propiamente dicha.
- Anejos cutáneos, entre los que se incluyen el pelo, la glándula sebácea, la glándula sudorípara y la uña.
Con relación al pelo, este no es una estructura estática, que se mantiene a lo largo de toda la vida de la persona.
Al contrario, el pelo existente en las distintas zonas corporales está sometido a un ciclo de renovación, en el cual se distinguen varias fases, tal y como se explica ampliamente en este artículo.
¿Cuándo hay que preocuparse por la caída del pelo?
Como se ha señalado en el apartado anterior al hablar del ciclo capilar, todos y cada uno de los pelos del cuero cabelludo, están sometidos a su propio ciclo de crecimiento, en el cual hay 3 fases distintas.
Por lo tanto, es normal que exista una caída de cabello diaria, ya que de cada 100 pelos, aproximadamente entre el 12 y el 15%, están en fase de recambio.
Por término medio, al cabo de 4 años se renueva por completo todo el pelo del cuero cabelludo.
Así pues, perder entre 70 y 100 pelos al día es totalmente normal, ya que estos son sustituidos por otros nuevos generados por los correspondientes folículos pilosos.
Si se me cae el pelo es una buena señal: el pelo nuevo que está debajo, está apretando para que caiga el pelo viejo.
Ramón Grimalt, Universidad Internacional de Cataluña
A modo de ejemplo, puede decirse que en verano el crecimiento del pelo se acelera fruto de la vasodilatación propia de esta época, mientras que en otoño se aprecia una mayor caída de cabello, que se justifica en el contexto de la renovación del ci0clo capilar.
Así pues, procesos como el que se acaba de citar, son totalmente normales y no deben ser motivo de preocupación.
Esta renovación del folículo piloso, con la consiguiente caída del pelo, está ligada a diferentes estaciones del año, así como también se ve influida por la alimentación.
Otra situación que también es muy común, y que suele ser motivo de preocupación, es la caída masiva de cabello que tiene lugar después del parto, pero se considera un proceso fisiológico que remite tras dar a luz, no requiriendo tratamiento.
Situaciones en las que sí es conveniente consultar con un profesional, son las siguientes:
- Aparición de calvas circulares o irregulares.
- Presencia de zonas de descamación que se extienden a todo el cuerpo.
- Pérdida gradual en la parte superior de la cabeza.
- Aflojamiento repentino del cabello, con caída de mechones al lavarse o peinarse.
- Pérdida del pelo en todo el cuerpo.
¿Qué enfermedades causan la caída del cabello?
Al analizar las enfermedades que pueden provocar la caída del pelo, y teniendo en cuenta la gran variedad de las mismas, estas pueden dividirse en 2 grandes grupos:
- Patologías que afectan a la piel y/o a los anejos cutáneos, entre ellos el pelo, obviamente.
- Patologías de carácter sistémico, que sin actuar directamente sobre la piel y sus anejos, de forma secundaria, o bien, a consecuencia de ellas, dan lugar la caída del pelo.
Patologías que afectan a la piel y sus anejos
Dermatitis seborreica
La dermatitis seborreica es un trastorno frecuente en la piel
, que principalmente afecta al cuero cabelludo
, aunque también puede aparecer en otras zonas corporales.
Otros nombres bajo los que se conoce, son: caspa, eccema seborreico o psoriasis seborreica.
Sus síntomas más típicos incluyen escamas en la piel, prurito y enrojecimiento leve.
En el cuero cabelludo aparecen placas confluentes eritematosas, con una descamación blanco-amarillenta impregnada de grasa.
Cuando aparece en los bebés, se la denomina costra láctea.
La causa exacta que la provoca, se desconoce, si bien es frecuente la existencia de piel grasa y afectación microbiana, siendo el agente infeccioso más común el Pitirosporum ovale
Factores emocionales, como el estrés, favorecen su aparición.
Igualmente, el cambio en las condiciones meteorológicas, con predominio del tiempo seco, es otro factor favorecedor.
Si esta dermatitis no se trata adecuadamente, y el problema persiste a lo largo del tiempo, puede hacer que se caiga el pelo, ya que el cuero cabelludo no tiene el equilibrio necesario como para que el ciclo capilar ocurra de forma adecuada.
Esta es la explicación de la correlación que muchas veces se establece entre caspa y alopecia.
La dermatitis seborreica puede desaparecer sin necesidad de tratamiento, aunque lo habitual es controlar el problema usando un champú específico.
Tiña
Este punto se aborda en la siguiente infografía.
La tiña del cuero cabelludo o tiña de la cabeza (tinea capitis) es una infección causada por un hongo que afecta al cuero cabelludo y al pelo.
Al tratarse de un proceso infeccioso, es contagioso, teniendo lugar dicho contagio al tocar animales o personas infectadas por el hongo en cuestión.
También cabe la posibilidad de contagio, al compartir objetos personales (sombreros, peines, toallas, …).
Es más habitual en niños pequeños y en los que están en edad escolar. Además de la edad (población pediátrica), se consideran factores de riesgo el contacto con otros niños infectados (escuelas y centros infantiles), así como el contacto con mascotas (perros o gatos infectados que no presenten síntomas).
Las lesiones son poco inflamatorias y consisten en placas circulares con descamación superficial y múltiples cabellos quebrados, junto a otros que se rompen al tirar a 1-2 mm de la superficie.
- Pequeña placa redondeada de descamación sin pérdida de pelo (A).
- Placa de alopecia donde se observa la descamación, la rotura de los pelos y algún punto negro (B).
- Placa de alopecia donde domina una capa espesa de descamación sin que permita ver la raíz o puntos de salida de los pelos ausentes o rotos (C).
- Lesión en el límite anterior de la zona del cuero cabelludo, donde se aprecia pequeña zona de alopecia, rotura de pelo y descamación. Predomina en la zona sin pelo (D).
Es común que esas placas o parches redondos, se agranden lentamente y tengan pequeños puntos negros donde el pelo se desprendió, siendo característico que en dichas placas o calvas, exista un intenso picor.
Suelen aparecer también zonas sensibles o dolorosas en el cuero cabelludo.
Dependiendo del tipo de hongo implicado, pues existen diferentes variedades, pueden aparecer distintos cuadros, tales como el querion de Celso o el Favus.
El tratamiento es básicamente farmacológico, empleando medicación como la griseofulvina y la terbinafina.
Prevenir las tiñas es difícil, ya que constituyen un proceso contagioso que puede tener lugar incluso antes de que aparezcan los síntomas.
Esclerodermia
La esclerodermia es una enfermedad crónica y autoinmune.
Afecta fundamentalmente a la piel
, aunque también pueden verse afectados órganos internos
como el riñón, el corazón, el pulmón o el intestino.
Esta patología habitualmente “se ceba” en el tejido conjuntivo, que es aquel que proporciona soporte y protección a otros órganos o estructuras corporales.
Los cambios que acontecen en la piel hacen que esta se esclerose, lo que equivale a volverse dura y rígida, debido al aumento y acumulación de fibras de colágeno y otras proteínas.
De hecho, el término esclerodermia significa “piel dura”.
Inicialmente, tiene lugar un proceso inflamatorio, que después degenera en un endurecimiento.
En lo que respecta al pelo, es característica la caída del cabello en forma de alopecias parciales o parcheadas, ya que la propia enfermedad acaba dañando de forma irreversible los folículos pilosos, con lo que se produce una alopecia cicatricial que no tiene vuelta atrás.
Afortunadamente, en algunos casos, tiene lugar una caída capilar, menos intensa, estable y reversible.
Habitualmente esta patología suele ser tratada por el dermatólogo.
Psoriasis del cuero cabelludo
La psoriasis es una enfermedad cutánea crónica que puede afectar a numerosas zonas de la piel, siendo las más frecuentes rodillas, codos, zona del cóccix, espalda y cuero cabelludo.
Con independencia de la zona cutánea afectada, es una enfermedad de origen autoinmune, que se caracteriza por una rápida renovación de las células de la piel,
que provoca manchas rojas y escamosas, asociadas a un intenso picor.
La psoriasis en el cuero cabelludo es muy común, apareciendo entre el 50 y el 80% de los enfermos que tienen esta afectación en otras zonas corporales.
Suele situarse en las zonas anterior y lateral de la línea de implantación del pelo, formando placas con aspecto de escamas blancas.
Pese a la descamación que produce, no es un cuadro contagioso, pero dado el aspecto que tiene la zona afectada, suele mermar la autoestima de quienes la sufren, y no es raro que provoque rechazo hacia los enfermos.
Actualmente no tiene curación, siendo lo habitual que curse en forma de brotes cíclicos que duran meses o semanas.
Por lo general, no conlleva caída del pelo, aunque en algunos casos, cuando existen escamas muy gruesas, puede caer el cabello al intentar desprenderse de las placas.
Una vez que la enfermedad está controlada, el pelo crece con normalidad.
En lo que respecta al tratamiento, en los casos leves o moderados, el cuadro se controla empleando champús con alquitranes y corticoides formulados en loción o solución.
Los casos más graves pueden requerir el empleo de inmunosupresores, junto con otros fármacos.
Lupus eritematoso cutáneo
El lupus es una enfermedad autoinmune, cuyo resultado es una inflamación generalizada
que daña articulaciones, piel, vasos sanguíneos, corazón, riñones y cerebro.
Es una patología crónica, sin curación, que cursa en forma de brotes.
Como otras enfermedades autoinmunes, es más común en mujeres respecto a varones: 9 de cada 10 adultos con lupus son mujeres.
La edad de aparición se sitúa entre los 20 y los 50 años.
El lupus eritematoso cutáneo, es una forma de lupus que afecta a la piel.
El síntoma más típico en este caso, es un eritema que afecta al dorso de la nariz y a las mejillas, el conocido como eritema en alas de mariposa
.
Las lesiones suelen situarse en cara, pabellones y cuero cabelludo; respecto a esta última localización, es característica la caída de pelo, la cual puede tener un carácter definitivo.
El tratamiento va dirigido a prevenir o tratar los brotes de la enfermedad, aunque en el caso concreto del lupus eritematoso cutáneo, se pretende:
- Mejorar la apariencia de la piel.
- Limitar la formación de cicatrices.
- Evitar nuevas lesiones.
Habitualmente se emplean fármacos como la cortisona y la hidroxicloroquina.
Patologías de carácter sistémico
Hay diferentes enfermedades sistémicas, que actuando por un mecanismo u otro, acaban generando una caída del pelo.
Este punto se explica de forma más didáctica en la siguiente presentación interactiva.
¿Qué tipo de alopecias existen?
Definida la alopecia como una pérdida anormal del cabello, hay que señalar la existencia de 2 grandes grupos.
Alopecias cicatriciales
- Alopecias cicatriciales, las cuales tienen un carácter
irreversible
, con pérdida permanente del pelo, como consecuencia del daño, malformación o ruptura total de la estructura folicular.
Ejemplos de estas alopecias son:
- Liquen eritematoso cutáneo crónico.
- Liquen plano pilar.
- Alopecias debidas a causas físicas (quemaduras, radiaciones y mecánicas; entre estas últimas se incluye la conocida como tricotilomanía).
- Alopecias debidas a infecciones.
- Alopecias provocadas por procesos tumorales.
Alopecias no cicatriciales
- Alopecias no cicatriciales, caracterizadas por su carácter
reversible
, ya que no hay una afectación definitiva del folículo piloso.
Se incluyen aquí:
- Alopecia androgenética.
- Alopecia areata.
- Alopecia debida a enfermedades sistémicas.
- Efluvio telógeno.
- Efluvio anágeno.
Alopecias más comunes
Con independencia del grupo al que pertenezcan, las alopecias más comunes incluyen:
- Alopecia androgenética.
- Alopecia areata.
- Efluvio telógeno agudo.
Tricotilomanía.
¿Cómo evitar la caída del cabello?
La respuesta a esta pregunta no es tan simple como puede parecer.
Y es que en aquellas alopecias de origen genético, poco se puede hacer para prevenir o evitar la caída del pelo.
Sin embargo, no en todos los casos, la caída del cabello es debida a factores genéticos. En el apartado anterior, se ha visto que el origen de la alopecia puede ser muy variado.
A modo de ejemplo, hay casos en los que la pérdida de pelo es debida a enfermedades sistémicas como la diabetes, a carencias nutricionales como ocurre en la anemia, donde el hierro y las vitaminas del grupo B son deficitarios.
Obviamente, si la alopecia tiene lugar en el contexto de una enfermedad sistémica, en la medida que esa patología de base esté controlada, no habrá pérdida de pelo.
En el caso de la diabetes, o en la anemia, cuando ambas están controladas debidamente, ya sea mediante fármacos, dieta apropiada o suplementando ciertos minerales y vitaminas, la caída de pelo es evitada.
Además del efecto que las enfermedades sistémicas puedan tener sobre el pelo, hay que cuidar también “cómo es tratado ese cabello”.
Un ejemplo, el empleo más o menos habitual de planchas para el pelo, secadores que permiten tener un pelo ondulado, tintes bastante frecuentes, permanentes, peinados que implican una gran tirantez (colas o trenzas muy ajustadas), son factores que también dañan el cabello y facilitan su caída.
El tabaco es otro factor negativo, ya que la propia nicotina interviene en la irrigación sanguínea del folículo piloso, la cual se ve mermada por el efecto de este compuesto.
A esto hay que añadir los numerosos agentes tóxicos presentes en el humo del cigarro, los cuales influyen de forma perniciosa en el ciclo capilar, dando como resultado un cabello seco y sin brillo. Este efecto del humo resulta nocivo, tanto para quién fuma, como para el no fumador expuesto a dicho humo.
Así pues, si se quiere tener un pelo saludable, o simplemente evitar su caída, otra de las prácticas a tener en cuenta, es abandonar el hábito tabáquico.
Proteger el pelo de la luz solar y de otras fuentes de luz ultravioleta, también es otra forma de evitar su caída.
No hay que olvidar tampoco, que hay medicamentos que facilitan la caída del pelo, incluyendo aquí la quimioterapia y algunos fármacos biológicos, muy útiles para tratar enfermedades autoinmunes, pero que producen la caída del pelo.
En estos casos, es evidente que la conveniencia de mantener o retirar estos fármacos debe ser siempre valorada por el médico que sigue a estos pacientes, los cuales padecen enfermedades en las que está implicado el sistema inmune.
Factores como el estrés, la contaminación ambiental (especialmente marcada en las grandes ciudades), o incluso importantes pérdidas de peso, son también agentes promotores de la alopecia.
Sin embargo, afortunadamente en el mercado existe una amplia gama de productos dermocosméticos que evitan la caída capilar, unos formulados en forma de champú, otros en forma de loción.
Los dermocosméticos cuentan con diferentes sustancias, que por un mecanismo u otro, estimulan el crecimiento del pelo y “mejoran la salud del folículo piloso”, no pocas veces comprometida.
Cuando se emplea cualquiera de estos productos, si realmente se les quiere sacar todo su partido, es conveniente dejarse aconsejar por un profesional, ya sea un dermatólogo o un farmacéutico especializado en dermocosmética.
Es evidente, por lo tanto, que salvo en casos donde la alopecia es debida a un componente genético, en el resto de los casos, la caída del pelo es evitable.
Conviene recordar que el injerto capilar, es otra opción para recuperar ese pelo perdido.
Por último, sería injusto pasar por alto la reciente aprobación por parte de la FDA estadounidense, del primer tratamiento sistémico (un medicamento denominado baricitinib, administrado como tabletas que se toman por vía oral) para tratar un determinado tipo de alopecia, la conocida como alopecia areata.
La utilidad real de este nuevo medicamento se irá viendo con el tiempo, cosa habitual siempre que se lanza un nuevo fármaco al mercado, pero esto no implica olvidar las recomendaciones que se acaban de citar con objeto de evitar la caída de pelo.
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