Nuevo artículo dedicado a la patología oncológica, sobre la cual ya se han publicado varios post en este blog:
- Cáncer de mama.
- Cáncer de próstata.
- Colostomía como «mal menor».
- Consecuencias familiares, económicas y sociales derivadas de estos procesos.
Y es que el cáncer, desgraciadamente es una patología bastante común, que no respeta edades, ni estilos de vida.
Si se puede sacar algo positivo de esto, serían los avances en la tecnología para su diagnóstico e incluso su tratamiento. Un ejemplo serían las novedades que han surgido en el campo de las endoscopias, y más en concreto, en la gastroscopia.
Los medicamentos biológicos también constituyen una puerta a la esperanza en determinadas patologías tumorales.
Pero hay que ser realistas, pues cuando las diferentes opciones terapéuticas fallan, lo único que puede aportar una «cierta calidad de vida» al enfermo, son los cuidados paliativos.
En este contexto, sería injusto no mencionar a esos «seres vivientes» que aprovechando el miedo y la desesperación del enfermo y su familia, les ofrecen diferentes pócimas, remedios alternativos, terapias naturales, a sabiendas de que no tienen ninguna utilidad; son como esos cuervos que huelen la muerte y aparecen prestos y veloces a ofrecer «supuestas terapias» que solo son burdos timos.
¿Cómo no?. Los defensores de las pseudociencias a quienes los pacientes les importan un «carajo», pero eso sí, están muy pendientes de incrementar sus ingresos utilizando el dolor y la desesperación de quienes se enfrentan a un futuro incierto.
Nunca como ahora, ha sido más fácil difundir bulos sobre salud que solo confunden a una población, que en muchos casos carece de una mínima educación sanitaria.
Una vez planteada ya la situación que rodea a las patologías cancerosas, «entramos en harina» para hablar con más detalle sobre la carcinomatosis peritoneal y la importancia de la cirugía en el tratamiento del cáncer.
¿Qué es la carcinomatosis peritoneal?
¿Qué se entiende por carcinomatosis peritoneal?
La
carcinomatosis peritoneal o carcinoma del peritoneo es una forma de diseminación de un cáncer cuyo origen puede ser gastrointestinal, ginecológico o del propio peritoneo.
Antes de continuar, una pregunta que puede surgir es en relación al peritoneo.
El peritoneo puede definirse como una fina túnica de células que envuelve la mayoría de los órganos de la cavidad abdominal y también la propia pared abdominal.
Dr. Meneu
En cualquier caso, una carcinomatosis peritoneal supone una etapa avanzada de los cánceres abdominales y, frecuentemente, se asocian a la diseminación de la enfermedad.
Se sabe que hay determinados tumores originados en el ovario y en el tracto gastrointestinal que muestran una especial predilección por la cavidad peritoneal como lugar de metástasis. Esto estaría justificado por la interacción que tiene lugar entre células cancerosas invasoras y células peritoneales normales residentes.
¿A quién afecta este tipo de carcinomatosis?
Los datos exactos de la incidencia presentan algunas variaciones en función de las fuentes consultadas, pero coinciden siempre en la siguiente distribución.
- El cáncer de ovario, aproximadamente en las dos terceras partes de las pacientes, evoluciona y se disemina por el peritoneo en algún momento de la enfermedad.
- En lo que respecta al cáncer gástrico, entre el 30 y el 50% de los casos acaban en metástasis peritoneal.
- Los tumores colorrectales son los que con menos frecuencia generan este tipo de metástasis.
Síntomas y pronóstico de la carcinomatosis peritoneal
Los síntomas de cualquier proceso tumoral van a depender de la fase en la que se encuentre la enfermedad.
Las etapas de un tumor maligno, o lo que se conoce como historia natural de la enfermedad, se describen en la siguiente infografía.
Retomando el tema de los síntomas, estos en las fases iniciales no suelen aparecer.
En las fases avanzadas es más habitual la presencia de síntomas inespecíficos, tales como:
- Aumento del perímetro abdominal, fruto de la distensión.
- Cansancio.
- Nauseas y estreñimiento.
- Dolor abdominal.
- Pérdida de peso y apetito.
- Dificultad respiratoria debida a la acumulación de grandes cantidades de líquidos en la cavidad abdominal, lo que técnicamente se conoce como ascitis.
- Puede aparecer también obstrucción intestinal.
Se debe ser especialmente cauteloso, si la persona manifiesta esta sintomatología habiendo existido previamente un cáncer ya tratado.
En lo que respecta al pronóstico y las expectativas de vida en pacientes con esta carcinomatosis, hasta hace poco su tratamiento se consideraba un esfuerzo inútil, con una supervivencia no superior a varios meses, siendo pues, dicho pronóstico muy negativo e imposible de curar mediante cirugía dadas las particularidades de este tipo de cáncer.
Afortunadamente, en la actualidad hay disponible una opción terapéutica que se verá más adelante, la cual si bien no es aplicable a todos los pacientes, en los que pueden beneficiarse de ella, su pronóstico y su calidad de vida mejoran notablemente.
La importancia de un correcto diagnóstico
La realidad es que la carcinomatosis peritoneal es difícil de diagnosticar, puesto que las células tumorales forman pequeños depósitos que se localizan en la superficie del peritoneo y de numerosos órganos.
Además, tampoco existe una prueba específica que ofrezca un resultado 100% fiable.
Es por ello que habitualmente se efectúa una combinación de exámenes, que incluye:
Analíticas habituales y marcadores tumorales.
Scanner o tomografía computarizada.
PET o tomografía por emisión de positrones.
Biopsia.
Laparoscopia.
Endoscopia.
Partiendo de la base de que la carga tumoral del peritoneo es difícil de establecer si se emplean las técnicas preoperatorias habituales, no es infrecuente que más de un caso y más de dos, no sean diagnosticados, lo que implica que aquellos pacientes con enfermedad tumoral que afecta las vísceras y se encuentra en fase metastásica, aquejados también de enfermedad peritoneal, pasen desapercibidos, afrontando un pronóstico totalmente desfavorable.
Sin embargo, por fortuna, el empleo de técnicas de imagen avanzada, añadiendo si es preciso cirugía laparoscópica, ha conseguido mejorar el diagnóstico, lo que se traduce en un pronóstico más positivo.
Opciones terapéuticas
Frecuentemente, ante un cáncer suelen existir diferentes opciones de tratamiento, que dependen de cada caso en particular y si es preciso, pueden utilizarse de forma combinada.
Estas opciones incluyen:
- Quimioterapia.
- Radioterapia.
- Inmunoterapia.

Tratamiento quirúrgico de un cáncer
Centrando el tema en la carcinomatosis peritoneal, hasta hace relativamente poco tiempo, el diagnóstico de esta patología era el equivalente a un estadio avanzado e incurable de la enfermedad.
Únicamente existía la posibilidad de una
quimioterapia paliativa, acompañada o no de una cirugía que permitía disminuir la masa o masas tumorales
.
Sin embargo, esta situación ha mejorado y con el tratamiento que se comenta a continuación, el pronóstico para dicha carcinomatosis ha mejorado notablemente.
Cirugía citorreductora radical más quimioterapia intraperitoneal hipertérmica
Esta opción terapéutica, que en realidad es una combinación de terapias, ha supuesto un considerable avance en el pronóstico de la carcinomatosis peritoneal.
El origen de esta terapia se remonta al año 1995, cuando el médico americano Paul Sugarbaker ideó una estrategia de tratamiento multidisciplinar, cuyo puntal base era la siguiente idea:
«Al paciente lo mata, aquello que el cirujano no ve».
Partiendo de esta base, estableció una estrategia terapéutica que incluía estos 3 pilares:
- Cirugía radical o citorreducción, cuya finalidad es retirar todas las lesiones tumorales visibles en el abdomen: los órganos intraabdominales afectados por el cáncer pueden ser resecados y extirpados de manera segura.
- Búsqueda de una quimioterapia locorregional, que se administra de manera directa en el peritoneo para maximizar su eficacia y su agresividad sobre las células cancerosas.
- Quimioterapia intraperitoneal con hipertermia (siglas HIPEC), la cual pretende eliminar las células y las acumulaciones microscópicas residuales de la enfermedad maligna no visible a simple vista.
La HIPEC permite administrar un fármaco quimioterápico a alta concentración y de forma directa en la cavidad abdominal; el proceso permite la circulación de esta solución durante un tiempo comprendido entre 60 y 90 minutos; la temperatura de dicha solución se sitúa entre 42 y 43 grados centígrados, empleando para ello un dispositivo diseñado con esta finalidad.
En la siguiente infografía, se visualiza de forma esquemática la técnica que se acaba de mencionar.
Básicamente este sería el esquema del tratamiento comentado.
Esta opción terapéutica permite que algunos pacientes puedan llegar a curarse; ahora bien, se requiere seleccionar a aquellos enfermos, que en base a determinadas premisas, podrían ver notablemente mejorado su pronóstico.
Para hacer esa selección se recurre al índice de carcinomatosis peritoneal de Sugarbaker, el cual es simplemente una medida de la carga tumoral del peritoneo.
En función de dicha carga tumoral, se elige a aquellos pacientes que al ser sometidos a esta técnica obtendrán un mayor beneficio.
Hay estudios que indican que esta terapia ha permitido que la cuarta parte de los enfermos con una carcinomatosis peritoneal prácticamente terminal, hayan pasado a ser pacientes rescatables.
A modo de conclusión, la siguiente infografía resume las ventajas de esta técnica.
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