El tema de este artículo, la vacunación infantil, es uno de los más polémicos, sin lugar a dudas. Polémicas, que si tienes un mínimo conocimiento de este tema (es lo que pretendo al escribir sobre esta cuestión, así que por favor, lee), verás que no tienen justificación alguna. Entre las maldades de “la química” que ya te conté en el artículo dedicado a la ortorexia, se incluyen también las vacunas. Dichas vacunas, aunque no tienen “química” propiamente dicha, llevan ahí unos bichillos medio vivos o medio muertos, y según te cuentan, «si te pones esas vacunas, no te vas a poner malo».
En esas estás, cuando seguro que llega otra persona ya de cierta edad y te suelta aquello de “antes no nos poníamos ninguna vacuna, ni nos tomábamos ninguna pastilla y mira que sanos estábamos”. Este ejemplo, sería la típica respuesta de una persona mayor, escéptica ante “tanta vacuna y tanta historia”. Pero seguro que si afinas un poco el oído, ves la tele o te mueves un poco por internet, también encontrarás información referente a las maldades de las vacunas.
Según afirman quienes piensan así, las vacunas son un invento de la industria farmacéutica, que no sirve para nada, salvo para crearte problemas que no tenías inicialmente; a modo de ejemplo: rascarte el bolsillo ya que hay ciertas vacunas no cubiertas por la sanidad pública pero necesarias para el niño, dificultar los viajes al extranjero si la criatura no está correctamente vacunada, …., y bueno, no sigo.
Si te paras a pensar un poco, verás que existe cierta analogía entre las maldades que se le achacan a las vacunas y la gran conspiración que preconizan quienes defienden las pseudociencias con la finalidad de venderte sus timos y sus mentiras. Bien, te lo digo ya, las excusas que ponen quienes son contrarios a la vacunación, son auténticas memeces.Dicho esto, sigue leyendo y verás «hasta dónde pueden llegar las tonterías».
Vacunar siempre
¿Por qué es necesario vacunar?
Importante pregunta, aunque de fácil respuesta, afortunadamente. El cuerpo humano posee toda una batería de órgano y estructuras, capaces de luchar contra una infección.
En la imagen siguiente, se representa de forma muy esquemática cuál es la estructura de dicho sistema.
Esos órganos y estructuras componen lo que se llama el sistema inmune

En el siguiente vídeo se explica de forma bastante gráfica y amena, cómo funciona dicho sistema y por qué son necesarias las vacunas.

¿Qué son las vacunas?
Una vez explicado cómo funciona el sistema inmune y por qué son necesarias las vacunas, te comentaré qué es una vacuna. Para empezar una vacuna es un medicamento; para algunos esto será algo obvio, mientras que para otros posiblemente sea un disparate; pero es así, no hay más.
Una vacuna es un medicamento y ¿eso qué implica? Tranquilidad, pues es muy simple. Todo medicamento mantiene siempre un balance beneficio/riesgo; en definitiva, todo medicamento provoca efectos secundarios. Cuando un medicamento nuevo se lanza al mercado, requiere la aprobación de las autoridades sanitarias.
Así pues, si se comprueba que esa relación beneficio/riesgo es positiva, es decir, los beneficios de ese fármaco superan a sus riesgos, el fármaco es comercializado. Este planteamiento es válido para cualquier fármaco, por lo tanto, también es aplicable para las vacunas.
Una vacuna es un fármaco que contiene agentes patógenos (virus o bacterias), los cuales pueden estar vivos (pero muy debilitados) o muertos.
En el siguiente gráfico, elaborado por la Asociación Española de Vacunología, se explica de forma muy esquemática, el proceso de obtención de una vacuna (que en general es equivalente para cualquier otro fármaco).

Lo importante es que cuando una persona se vacuna, su cuerpo genera resistencia (técnicamente esto se llama inmunidad) frente a ese microorganismo, y cuando la persona vuelve a ponerse en contacto con ese microorganismo que puede estar en el ambiente que rodea a ese sujeto, su cuerpo reacciona reconociendo al microorganismo y destruyéndolo.
De esta forma la persona vacunada, no desarrolla esa enfermedad infecciosa, aunque entre en contacto con ese “dichoso bichito”. En la siguiente infografía se recogen las principales características de estos medicamentos.

A continuación te dejo otro gráfico, procedente del artículo «¿Qué contiene una vacuna?«, elaborado por la farmacéutica Angeles Ruíz Vazquez, cuyo blog Pócimas de Salud, es una magnífica fuente para encontrar información sanitaria actualizada y rigurosa.

No creo que sea necesario decir (pero por si acaso, lo digo), que el artículo anterior es de obligada lectura para comprender la composición de las vacunas. Como ya se ha mencionado, las vacunas son fármacos, y como tales, pueden generar efectos secundarios, los cuales son muy leves y están muy controlados.
Cuando se habla de efectos secundarios y los pacientes son lactantes o niños, es normal que se genere la correspondiente alarma entre los padres. Por eso se tiende a que cada vez las vacunas sean lo más seguras posibles. En la siguiente presentación se muestran las principales características de los efectos secundarios asociados a las vacunas.
Más información en los artículos “Efectos secundarios y reacciones de los niños y bebés a las vacunas” y «Efectos adversos de las vacunas«. En lo referente a la forma de administración, las vacunas se administran por vía parenteral en la mayoría de los casos, excepto algunas que se administran por vía oral. Como con cualquier otro fármaco, en determinados casos, las vacunas también pueden estar contraindicadas, lo cual no debe convertirse en excusa para no vacunar al resto de la población.
Mi niño tiene miedo a las vacunas
A estas alturas de la película, no es raro imaginar que cualquier bebé cuando le pinchan (como ocurre con la mayoría de las vacunas, pues casi todas son administradas por vía parenteral), llorará.
Y por supuesto, si el niño es algo más grande, el anunciarle con 1 o 2 días de antelación que tiene que ir al pediatra a vacunarse, originará el correspondiente llanto y disgusto durante esos días previos.
Otra barbaridad que algunos padres siguen cometiendo, es amenazar al niño con ponerle una inyección, si no hace tal o cual cosa. De esta forma, el pánico a las vacunas, ya lo tienes asegurado.
Partiendo de la base de que las vacunas son necesarias, y su administración supone un mal rato, tanto para el niño, como para los padres, seguidamente te aconsejo algunos artículos, en los que encontrarás diversas formas de aminorar ese dolor:
- Aplicable para las diferentes etapas de crecimiento que están incluidas en el calendario vacunal: «Alivio del dolor y el estrés al vacunar«, «Cómo disminuir el dolor de las vacunas«.
- Si se trata de un niño algo más grande, puedes intentar explicarle en forma de «cuento», por qué debe ponerse la vacuna y los beneficios que ello le va a suponer. El artículo «Con V de Vacuna«, es genial en ese sentido.
Beneficios de las vacunas
No hace falta ser experto en Salud Pública, para saber que en la primera mitad del siglo XX y en siglos anteriores, en países no tan lejanos, por ejemplo España (hago esta aclaración por si me lees desde otro país), buena parte de las muertes producidas en niños y en adultos de mediana edad, eran debidas a enfermedades infecciosas.
Si en la sociedad actual han desaparecido la mayoría de las patologías infecciosas, no ha sido por arte de magia. La desaparición de tales enfermedades ha sido gracias a las VACUNAS. Así de simple y sencillo. Para que conozcas como surgieron las vacunas, te aconsejo que le eches un vistazo a este breve documental:

Un pequeño ejemplo de la importancia que ha tenido esta terapia a lo largo de la historia, lo tienes en este artículo: «Las 10 vacunas que más vidas han salvado«.

La vacunación ha permitido que la viruela fuese erradicada en 1980.
Uno de los beneficios más importantes que aportan las vacunas, y que es muy poco conocido, es lo que se llama el efecto rebaño, también conocido como inmunidad de grupo. Más información sobre el citado efecto rebaño: el artículo «La inmunidad de grupo» de la pediatra Amalia Arce.

Este efecto tiene especial relevancia para preservar la salud de aquellas personas que no han podido ser vacunadas; por ejemplo: niños con una patología oncológica, niños sometidos a un trasplante. La vacunación por tanto no sólo repercute en la salud individual, sino también en la salud de otros, y es un gesto de solidaridad hacia esos niños (o personas) desfavorecidos.
Si quieres más información sobre las vacunas en general, y por supuesto de calidad, te aconsejo las siguientes lecturas:
- «Las vacunas salvan vidas«.
- «En defensa de las vacunas«.
- «¿Funcionan las vacunas?«.
- «La vacuna, la mayor conquista de la medicina«.
- «Las vacunas funcionan«.
El movimiento antivacunas
Los movimientos antivacunas han comenzado a cobrar fuerza durante los últimos años, quizá por el progresivo auge de las llamadas “medicinas alternativas”, tipo homeopatía y similares. No quisiera desviarme del origen del movimiento antivacunas, pero creo que debo añadir lo siguiente: aun no siendo este el lugar más idóneo para darte mi opinión sobre este tipo de “opciones terapéuticas”, te aconsejo que te des un paseo por la red social Twitter, usando el hashtag #Pseudociencias”, y tú mismo podrás llegar a una conclusión.
Seguimos pues con el movimiento en cuestión. Es en este contexto de “no, a todo lo que provenga de la industria”, sin pararse a analizar los posibles beneficios que tales productos puedan aportar, es donde nacen los antivacunas. Normalmente, quienes creen que las vacunas tienen muchos efectos secundarios y son un invento de las multinacionales del sector, suelen ser personas más o menos jóvenes, generalmente con un nivel cultural «mucho más que aceptable».
Origen de los antivacunas
Para analizar el origen del primer antivacunas, hay que remontarse en el tiempo y recordar al doctor Immanuel Pfeiffer, quien preconizaba que la solución para combatir diferentes enfermedades no era vacunarse: ¡qué va, lo mejor era recurrir al ayuno y al hipnotismo«. Este señor pregonaba su remedio en el Boston de comienzos del pasado siglo XX. Sigue pasando el tiempo, continúa la fobia a la química y a la industria.
Sin embargo, en la medida en que las condiciones higiénicas ambientales han ido mejorando, y se han ido controlando las enfermedades infecciosas, debido fundamentalmente a la progresiva introducción de la vacunación como opción terapéutica, tales enfermedades han descendido notoriamente y las muertes debidas a ellas en los países industrializados, casi pueden contarse con los dedos de una mano. Pero, estando en esta especie de paraíso terrenal, llegan los movimientos antivacunas, empiezan a cuestionar los beneficios de las vacunas, algunos padres los siguen a pies juntillas, dejan de vacunar a sus nenes y, resultado:
Reaparecen infecciones que ya casi se creían desterradas, como el sarampión.
El ejemplo más evidente ha sido el resurgir del sarampión, que ha tenido lugar durante el presente año, en países que no se caracterizan precisamente por su pobreza, como por ejemplo, Estados Unidos.
El hecho más reciente que ha dado cancha libre a los antivacunas, hay que atribuírselo al doctor Andrew Wakefield, quien partiendo de un estudio más que fraudulento, asoció la vacuna triple vírica con el incremento de los casos de autismo.
Si quieres conocer mejor la truculenta historia de este señor, te aconsejo que leas el este artículo. Otros grandes «padres de la humanidad», también contrarios a las vacunas, son el conocido actor Robert de Niro o el mismísimo presidente de los Estados Unidos, Donal Trump. Recientemente se ha observado que la desconfianza hacia las vacunas está vinculada al crecimiento del populismo en Europa. Más información en el siguiente artículo: «Conozca los estudios fraudulentos en los que se basa el movimiento Antivacunas«. Visto, el origen de este movimiento, ahora toca ver las consecuencias. Así que allá vamos.
Consecuencias
Las consecuencias de la disminución de la vacunación es la reaparición de enfermedades que ya estaban prácticamente olvidadas, gracias a las vacunas, no lo olvides. Te dejo la siguiente presentación, en la que se recogen diferentes noticias aparecidas en distintos periódicos.
Podría seguir poniéndote más ejemplos, pero no es necesario. En cuanto ha disminuido la tasa de vacunación, han reaparecido infecciones que para los más jóvenes eran ya desconocidas. Otro añadido, ha sido que el descenso de la vacunación, ha pasado factura a los individuos más debilitados, que por diversas razones no han podido ser vacunados.
En resumen, nada que no fuese esperable, desgraciadamente. Y hasta tal extremo llega la situación, no sólo respecto al sarampión, sino también frente a otras enfermedades infecciosas que han generado la muerte a personas no vacunadas, que la propia Organización Mundial de la Salud, ha tenido que hacer un llamamiento a la cordura.
¡Qué duda cabe que internet es el caldo de cultivo ideal para el “desarrollo, crecimiento y diseminación”, de estos movimientos!. La propia Organización Mundial de la Salud tiene que intervenir de nuevo y hacer un llamamiento para no creer toda la información sobre las vacunas existente en la red.
Puedes pensar que el apogeo de estos movimientos antivacunas es propio del esnobismo que se ha apoderado de parte de la sociedad de los países del “primer mundo”. La denominada posverdad (el colmo del «no va más»).
Este fenómeno, que está afectando a las sociedades occidentales con unas economías consolidadadas, no se plantea en Africa. En este continente la equivalencia es vacuna igual a vida, por lo tanto la opción de no vacunar como capricho, ni se contempla ya directamente.
Sin embargo, en países como la India, donde un importante porcentaje de su población vive en unas condiciones que pueden calificarse como “rayanas con las escasez”, estos movimientos están haciendo peligrar el descenso de patologías infecciosas como el sarampión, gracias a su “apología de la pobreza y contraria a los avances médicos”.
Argumentos contra los antivacunas y sus mentiras
El mito de que las vacunas causan autismo, es totalmente falso; a día de hoy, se sabe que no hay ninguna relación con el autismo, cuyo origen se desconoce. Los estudios para entender mejor los trastornos del espectro autista continúan, y si bien su origen aún no se sabe cuál es, sí está claro, que en su aparición no influyen en absoluto las vacunas.
Lo que también está totalmente admitido es que un importante número de las enfermedades infecciosas que se pueden prevenir mediante la vacunación, si se desarrollan, pueden provocar importantes daños cerebrales. Otro de los mitos que difunden los antivacunas, es que estos compuestos llevan mercurio en su composición, el cual es tóxico para el sistema nervioso.
En la actualidad, y según señala la Asociación Española de Pediatría, ninguna de las vacunas incluídas en los diferentes calendarios vacunales de las distintas comunidades autónomas contienen dicho componente.
En los siguientes artículos se analizan todos esos mitos en torno a estos fármacos:
- «Del autismo al mercurio: La OMS fulmina 10 mitos sobre la vacunación«.
- «Mitos y falsas ideas«.
- «Dudas sobre las vacunas: problemas y soluciones«.
En el siguiente vídeo el pediatra Roi Piñeiro, analiza la situación actual en relación con las vacunas.

Ética y vacunación
El principal problema de las vacunas, radica en que si un padre decide no vacunar a su hijo, los resultados pueden afectar a otro niño que por algún problema de salud en particular, no ha podido ser vacunado. Por lo tanto, la vacunación comporta una obligación social. Algunos artículos donde se exponen claramente estos argumentos son los siguientes:
- «Vacunar es un derecho individual, con consecuencias colectivas«.
- El Nobel de Medicina Harald zur Hausen: «Los antivacunas ponen en peligro a sus hijos y a los de los demás».
- «Y tú, ¿vacunas a tus hijos?«
- “Vacunarse es tan importante como mantener normas de higiene”.
- Sarampión, antivacunas, «posverdad» y muertes criminales.
La situación ha llegado a tal calibre, que en algunos países se cuestionan la obligatoriedad de las vacunas, e incluso en Australia, la no vacunación impide el acceso a bonificaciones sociales: «La vacunación obligatoria en Europa«.
Si la situación descrita hasta aquí es grave, es peor aún que algunos sanitarios manifiesten públicamente sus creencias contrarias a las vacunas, chocando frontalmente con los planteamientos de los distintos organismos y sociedades científicas internacionales, e incluso con la propia Organización Mundial de la Salud.
La propia Organización Médica Colegial no se sonroja y consiente que “profesionales” como el doctor Juan Gervás, defienda a capa y espada las bondades de la no vacunación cuando alguien le pone una alcachofa delante de tus doctos labios.
Si la decisión de unos padres de no vacunar a sus hijos, acaba afectando a la salud de los hijos del vecino, sin que ocurra nada, me temo, que no vamos muy bien
Calendario Vacunal Infantil
Este artículo está centrado exclusivamente en el tema de la vacunación infantil. Dicho esto, conviene que si estás pensando quedarte embarazada, sería sumamente recomendable que revisases previamente las vacunas que has ido recibiendo a lo largo de tu vida.

Lo que se pretende es actualizar el calendario vacunal de la madre, de modo que se eviten diferentes enfermedades prevenibles que puedan alterar el normal desarrollo del feto. Si quieres más información sobre este tema, te recomiendo que leas el siguiente artículo: «Consejos vacunales para mujeres embarazadas«.
Antes de continuar te voy a citar como ejemplo, 2 patologías infecciosas sumamente comunes en la infancia, que si el paciente no ha sido correctamente vacunado, pueden cursar de forma grave y con numerosas posibilidades de complicación:
- Una de ellas es la tosferina: “Tos Ferina, síntomas e importancia de la vacunación”.
- La otra son las paperas, una patología infecciosa en vías de desaparición, gracias a una correcta vacunación.
Una típica pregunta de muchos padres es cuántas vacunas necesita su hijo, pues cuando comparan los calendarios vacunales de diferentes comunidades autónomas, ven que no siempre coinciden. Si a esto le añades las dudas derivadas de que unas vacunas las cubre la sanidad pública y otras no, la “empanada mental” ya puede ser de órdago.
Responder a estas preguntas no es fácil, máxime cuando buena parte de los pediatras son partidarios de que exista un único calendario vacunal válido para todo el territorio nacional. El Comité Asesor de Vacunas, dependiente de la Asociación Española de Pediatría, establece para el presente año 2019 el calendario vacunal que puedes encontrar en este enlace.
En el artículo «Calendarios Españoles«, se comparan los calendarios vacunales de las diferentes comunidades autónomas. En teoría las diferencias se justifican por cómo priorizan las diferentes comunidades sus respectivos recursos financieros. Lo más adecuado, es que sigas el calendario vacunal vigente en la comunidad o ciudad autónoma donde residas.
Actualmente quedan fuera del calendario vacunal, las siguientes vacunas:
- Antimeningococo B.
- Antirrotavirus en lactantes.
- Tosferina.
- Papiloma virus humano en varones.
- Antimeningocócica tetravalente en adolescentes.
Aunque estas vacunas quedan fuera de dicho calendario, y por lo tanto, no son gratuitas, tú puedes adquirirlas y ponérselas a tu hijo, si ese es tu deseo. Realmente, si tales vacunas estuviesen incluidas en el calendario vacunal (fuesen gratuitas, para entendernos), se tendría un calendarios de máximos, el cual mejoraría las expectativas de salud.
Hasta aquí todos felices y contentos, ¿verdad?

IDEA FUNDAMENTAL:
Con independencia de si una vacuna concreta está financiada o no por la sanidad pública, si el pediatra o el médico de cabecera te aconseja poner a tu hijo esa vacuna, si tu situación económica te lo permite, haz el esfuerzo y vacúnalo.
Respecto a ti, que me lees habitualmente, ya sabes: si te ha gustado, comparte en las redes sociales y deja tu comentario.
15 comentarios en «¿VACUNAS PARA LOS NENES?. SIEMPRE SÍ: PUNTOS CLAVE»
Hola Adela,
¡Madre mía que post te has «currao»!
Evidentemente creo en la importancia de la vacunación, aunque algunos puedan pensar que pertenecemos a la «farmafia».
En Francia también está creciendo a pasos agigantados el movimiento antivacunas, en especial debido a la peligrosidad que dicen tiene el aluminio que ayuda a estimular la respuesta inmunitaria. Es curioso que también allí ha sido un médico el que ha liderado una campaña en change.org para acabar con este tipo de vacunas, ojo, el no dice de no vacunar, solo que se retiren las vacunas con aluminio, pero mucha gente no ha entrado en detalles y firmó la petición directamente contra vacunas. Por otra parte, curiosamente, para inscribir a los niños en las guarderías piden previamente la cartilla de vacunaciones, sino nanai de nanai.
Lo que muchos no tienen en cuenta es el efecto grupal de la vacunación,es decir, que vacunándose uno ayuda al resto también a no coger esa enfermedad. Si me lo permites, te pongo aqui el link de un post mío donde enlazo a un video de Naukas 2016, del Catedrático de Microbiología Ignacio López- Goñi, donde explica de una forma muy divertida y amena la importancia de la vacunación a efecto grupal.: http://anamiboticaria.com/naukas-2016-vacunas-y-alimentacion/ .
Creo que hace falta más divulgación como la que se muestra en este video, o la que hacemos los profesionales desde nuestros humildes blogs, pero a una mayor escala para que llegue a una mayor parte de la población. Mientras tanto, seguiremos trabajando como las hormiguitas poquito a poquito.
Un saludo
.
Gracias Ana por tu comentario.
El enlace sobre la alimentación daría como para escribir no un post, sino un libro entero dedicado a esta temática.
Ciertamente, vivimos en un mundo donde impera la prisa; ves cualquier cosa, que inicialmente parece que es un tema interesante, y sin pararse a leer, automáticamente a firmar (yo me incluyo la primera); así que has firmado y lees, te das cuenta que no deberías haberlo hecho, pero ya no hay forma de deshacer el entuerto.
Y dicho esto, no deberíamos sorprendernos, o al menos, a mí no me sorprende, que ciertas «terapias» sin mucho fundamento sean avaladas por médicos o por profesionales de la sanidad. El «renombre» que da avalar una técnica novedosa (que después resulta no servir para nada, pero…), los intereses económicos que hay de por medio, ….
Y claro, ya si son los propios sanitarios quienes avalan esas supuestas «terapias» o en este caso, el no a las vacunas, pues automáticamente, la población general ya empieza a cuestionarse las bondades de las vacunas. Y digo población general, refiriéndome a personas que escuchan las noticias y no tienen una especial predilección por nada exótico.
Si ya dentro de ese cuadro de población general, te vas al grupo de quienes defienden la naturaleza, lo «campestre», todo lo que viene de oriente en esa armonía cuerpo-mente (necesaria, pero con un orden y sin disparatar), pues acabas llegando al auge de los movimientos antivacunas y al resurgimiento de enfermedades que ya estaban prácticamente desterradas.
Como tú bien dices, la educación sanitaria y la divulgación de informaciones contrastadas, es básica, pero se requieren campañas institucionales con la consiguiente inversión económica que eso supone.
Los sanitarios de a pie, lo único que podemos hacer es, en la medida de nuestras posibilidades, intentar difundir todo aquello que está científicamente demostrado y tratar de que gracias a las nuevas tecnologías, ese mensaje llegue al mayor número posible de personas, pero poco más.
Respecto al post, sinceramente para mí no es ninguna cosa del otro jueves, pero aún así, te agradezco tus palabras.
Un afectuoso saludo
Hola Adela,
Muy interesante porque hay mucho desconocimiento en este tema. Como madre yo les he puesto a mis hijos todas las vacunas sin plantearme otra opción.
Pero hay muchas cosas que planteas en este post que tampoco termino de entender. Por una parte, lo de los intereses de las farmacéuticas, que algo hay, te lo digo yo que llevo gastados mil euros en vacunas en cada hijo.
Lo de la falta de suministro. Si son necesarias, ¿no las pueden fabricar otras empresas? ¿no puede hacer algo la administración? Para la del meningococo yo he estado apuntada en lista de espera casi un año hasta que la he conseguido. Y ahora mi hija está sin vacunar de la de los seis años que está incluida en el calendario porque no hay existencias.
En fin, que es un tema bastante serio como para que andemos así.
Un abrazo.
Gracias Cristina por tu comentario.
Las vacunas, salvo 2 de ellas, están incluidas en el calendario vacunal infantil y son gratuitas, tanto si te acoges a la Seguridad Social, como si tienes un seguro privado. Exceptuando esas 2, cuyas razones de por qué no están financiadas son objeto de «meditación», el resto sí lo están.
En cuanto al tema de los desabastecimientos eso es agua de otro molino. Ahí, las explicaciones que da la industria y en concreto el laboratorio encargado de su fabricación, es que han existido
problemas en el proceso de producción y otras «historias»; en cuanto a que lo fabrique otro laboratorio, no se pone la cosa tan fácil, porque en el caso de la vacuna de la meningitis, al ser una vacuna de reciente comercialización, está protegida por la patente y el laboratorio que la investigó y la sacó al mercado en su momento, no suelta la patente pues es de donde provienen buena parte de los beneficios que supone el estudio y lanzamiento de un nuevo fármaco al mercado. De hecho, la patente y el que haya un número de «posibles pacientes» que los vayan a necesitar, es el sustento sobre el que se apoya la investigación de nuevos fármacos. Así de crudo y de real.
El por qué algunas de esas vacunas están en otros países y no las encontramos en España, es una pregunta más difícil de responder, y que lógicamente se presta a todo tipo de suposiciones. El hecho de que en temas tan serios no intervengan los gobiernos respectivos, tampoco es una cuestión de fácil resolución, pues al estar dentro de la Unión Europea, es la Agencia Europea la que puede autorizar un nuevo fármaco en un país determinado y, con esa autorización comercializarse en el resto.
En este tema, hay una mezcla de intereses económicos (que tienen que ver con los desabastecimientos de una determinada vacuna) a lo que se une el esnobismo, o no sabría como llamarlo, de ciertos grupos de la sociedad que en un intento de «confraternizar con la madre naturaleza» o de importarle 3 pepinos la salud de los demás, introducen ideas absurdas, que no se sostienen a la luz de los diferentes estudios, como es el no a las vacunas.
Así está el tema de los fármacos y, en concreto, las vacunas.
Un afectuoso saludo
Gracias por tu comentario Conchi.
Ciertamente que en los últimos tiempos se están oyendo noticias de fallecimientos de niños o adolescentes por enfermedades que no se hubiesen producido si esas criaturas hubiesen estado vacunadas. Como tú dices, una persona adulta puede hacer con su salud lo que quiera, siempre y cuando no comprometa la salud de los demás (volvemos otra vez al tema de las vacunas y las infecciones).Y no digamos ya casos de países, cuya economía no es precisamente próspera, y donde la mortalidad infantil fruto de las infecciones, es considerable, e incluso en esas zonas de la tierra, también están los antivacunas lanzando sus soflamas (por ejemplo, el sarampión en la India).
Personalmente creo que un adulto puede hacer lo que quiera, sin comprometer la salud de los demás (quede claro), pero cuando hablamos de niños o adolescentes, todo cambia; no porque yo sea el padre o la madre de la criatura, y tenga determinadas creencias, puedo jugar con la vida de mi hijo, como si se tratase de una ruleta de la fortuna.
Los laboratorios son empresas y obviamente, quieren generar beneficios; el ejemplo más patente es el de los medicamentos huérfanos. Dicho esto, pretender que todos los fármacos son ineficaces o tienen más riesgos que beneficios, son ganas de engañar a la gente (sin importarle para nada su salud), o bien, demuestra que quienes se apuntan a estas corrientes de pensamiento, no tienen ni idea de lo que están hablando.
Y por último, ojo con internet, que circulan muchos bulos.
Sin más, un afectuoso saludo
Muchas gracias por este post tan interesante, práctico y aclaratorio.
Reconozco que no he llegado a plantearme al no vacunar a mis hijos, considero que es un derecho de ellos el recibir toda la asistencia sanitaria posible y también, un derecho de resto de niños con los que conviven, por lo que es un tema que por mucha rumorología o demagogia que circula en las redes a favor de la no vacunación, no he querido ni perder un minuto en «desinformarme» al leerlo.
Otra cuestión son las vacunas que no entran en el calendario vacunal dependiendo de la comunidad autonómica en la que te encuentres. En este punto, las pocas dudas que pude tener duraron segundos al confirmar mi opinión la pediatra de mis hijos, y también fueron vacunados, aunque hubiera que pagar.
Pero ese es el punto que más incomodidad me causa, el del pago. No por tener que pagarlas yo, que también un poco pero por suerte, no he tenido que privarme de otras necesidades. Si no por la injusticia que supone para muchas familias que en un momento dado tienen que elegir si vacunar a sus hijos o comer esa semana, o pagar a hipoteca ese mes. Entiendo que los laboratorios farmacéuticos son empresas que necesitan ingresar dinero para seguir investigando y produciendo fármacos, pero respecto a la salud de la infancia, opino que el gobierno debería tomar otras medidas para que todas las vacunas necesarias en la primera y segunda infancia, al menos, sean gratuitas y ninguna sea una opción que en ocasiones dependa del poder adquisitivo de las familias.
Un abrazo.
Gracias María por tu comentario.
En efecto, la vacunación es un derecho de todos los niños, y como bien dices, si yo decido vacunar a mis hijos, pero la vecina no, pues el resultado más que probable será que el hijo de la vecina desarrolle esa infección frente a la que no ha sido vacunado y el paso siguiente es que contagie a mi niño, con lo cual, ahí la cosa cambia. Por el contrario, el tema de si permito al crío merendar todas las tardes bollicao, al final va a repercutir en la salud de mi hijo, pero no en la de otros niños. Por lo tanto, los temas que tienen que ver con las enfermedades infecciosas, son extremadamente importantes, porque condicionan la salud de las personas que están en el entorno del niño no vacunado.
Actualmente, y concretamente este año se ha conseguido que todos los niños con independencia de la comunidad en la que vivan, reciban las mismas vacunas, lo cual ya es todo un logro.
El hecho de que haya vacunas fuera del calendario vacunal, y por lo tanto, cuya adquisición sea a título privado, ya es diferente. En realidad, los argumentos que establecen las administraciones sanitarias para no incluirlas en dicho calendario, es que en el momento presente, no existen suficientes datos, como para justificar su necesidad, lo cual en determinados casos es una verdad a medias: por un lado, los laboratorios quieren introducir fármacos nuevos casi a diario (para que esos fármacos estén cubiertos mediante la patente que corresponda), mientras que por otro las autoridades sanitarias necesitan cientos de estudios que justifiquen la necesidad de su uso. Es obvio, que son intereses totalmente encontrados, en medio de los cuales hay un colectivo poblacional, totalmente indefenso y a merced de lo que unos y otros dicen, ya que a veces, incluso ni las propias sociedades científicas que serían las que representarían a los profesionales (los técnicos al fin y al cabo) se ponen de acuerdo.
Es cierto que si al consultar con el pediatra, este aconseja la vacunación, lo más adecuado es vacunar. Pero, como tú también has señalado, el precio de esas nuevas vacunas, no suele estar al alcance de todos los bolsillos, y más en los tiempos que corren, lo que obliga a algunas a familias a decidir entre la salud de sus hijos y su alimentación o su vivienda, y por lo tanto, la situación se complica.
Lo lógico sería que las necesidades básicas de los colectivos más vulnerables, y en este caso, los niños lo son, estuviesen cubiertas. Eso podría decirse que es algo de sentido común, pero este sentido, no siempre es el más común de los sentidos.
Un afectuoso saludo
Al final es una responsabilidad no vacunar a los niños. Yo los vacunaría como hicieron conmigo por si acaso…
Gracias Domi por tu comentario.
Ciertamente que el tema de la vacunación es una responsabilidad, pues no solamente juegas con la vida de tu hijo, sino con la de otros niños de su entorno, lo cual ya son palabras mayores.
Antes de adoptar ciertas «teorías novedosas» lo principal es ver qué resultados aportan esas teorías, en qué estudios de calidad se apoyan y seguir las recomendaciones de los responsables de salud.
La vacunación es una obligación por parte de los padres, y un derecho por parte de los niños. Así es como yo lo veo.
Un afectuoso saludo
Hola Adela Emilia,
Me he leído con atención tu post. Veo que tu posición es 1 y es firme. Y está bien.
Yo tengo algunas preguntas sin embargo y me gustaría conocer tu opinión:
1) ¿Cómo explicas que Japón, un país coherente y muy 1er mundista sólo permita la vacunación de los niños a partir de los 2 años de edad?
2) ¿Cómo explicas que más y más médicos de la medicina alopática más ortodoxa sean también a dia de hoy «anti-vacunas»? ¿Qué les ha ocurrido?
3) ¿Qué opinas sobre la vacuna de la gripe y sobre todo, que opinas sobre la vacuna del papiloma humano (efectividad, razón de existir e índice de respuestas adversas)?
4) ¿Qué opinas de los coadyuvantes de las vacunas como el aluminio y el timerosal (mercurio) sabiendo que estos elementos incluso en las dosis más mínimas son extremadadmente perjudiciales para el ser humano?
Y podría seguir preguntando, pero mi intención más que nada es dejar una puerta abierta, no es buena cosa ser tan estrictos y cerrados con nuestros pensamientos, y menos aún ridicularizar a personas que se están informando y haciéndose preguntas en vez de creer a pies juntillas a la ciencia médica de hoy. Yo no soy anti vacunas como principio, pero en la práctica hay muchos (demasiados) interrogantes. Y a mí me gusta informarme con una mente abierta y me aseguraré de seguir en esa línea 😉
Un abrazo,
Cristina
Gracias Cristina por tu comentario.
Bien, voy a intentar responder a cada una de tus preguntas con argumentos que no me saco de mi bolsillo; al contrario, son argumentos apoyados y publicados por organismos internacionales y revistas internacionales de prestigio.
– Respecto a Japón.
«Japón: a pesar de ser un país occidental, tiene grandes diferencias con respecto a los calendarios comentados hasta ahora, ya que vacuna con BCG y con sarampión y rubeola sin parotiditis. Además, por epidemiología se vacuna frente a la encefalitis japonesa, pero no se hace referencia a la vacunación frente al rotavirus, el meningococo, la varicela o la hepatitis A, si en cambio tiene la vacuna neumocócica conjugada en su calendario con una pauta 3 + 1. Fuente de referencia: Comité Asesor de Vacunas Asociación Española de Pediatría
En ningún punto se habla de la edad de vacunación.»
– Respecto a los médicos alopáticos y su pase masivo al no a las vacunas.
«Humildemente, yo estudié ciencias y toda mi trayectoria académica y profesional ha ido ligada a este ámbito. Para mí, un más o un menos, si vienen expresados en cifras tienen valor; en caso contrario, para mí, repito humildemente, hablar de + o -, no tiene ningún sentido (no desprecio esa opinión, simplemente mi cuadriculada mente proveniente del mundo de ciencias, es incapaz de juzgar lo que significa un más o un menos)».
– Vacuna antigripal y vacuna del papiloma.
«La vacuna antigripal está indicada en unos casos muy concretos (tengo un post sobre el tema, el cual se apoya en una serie de estudios publicados en diversas revistas científicas, así como en la opinión de diferentes sociedades científicas».
«La vacuna para el papiloma:
Vacuna frente al virus del papiloma humano. Eficacia y seguridad. Fragmento del artículo antes mencionado. Los ensayos clínicos de faseII y III con las vacunas bivalente y tetravalente demuestran la seguridad, inmunogenicidad y eficacia de ambas vacunas en la prevención de infecciones por VPH y lesiones precancerosas, especialmente si se administran en adolescentes antes de la exposición al virus. Los ensayos clínicos con la vacuna nonavalente también muestran su seguridad, inmunogenicidad y eficacia en la prevención de infección y enfermedad asociada con los tipos vacunales, y sugieren el potencial de la vacuna para reducir la carga de enfermedad asociada al VPH.
Informes poscomercialización en países con programas de vacunación sistemática y altas coberturas sugieren una efectividad muy alta a nivel poblacional, con descensos en la prevalencia de los VPH relacionados con la vacuna, y en la incidencia de verrugas genitales y lesiones cervicales de alto grado. Publicación aparecida en la revista Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica».
– Coadyuvantes de las vacunas.
«Sales de aluminio o geles
Estos son llamados adyuvantes. Adyuvantes se agregan para promover una respuesta inmune. Adyuvantes en uso incluyen varias sales de aluminio como hidróxido de aluminio, sulfato de aluminio potasio y fosfato de aluminio (alumbre). Estas conducen a una respuesta inmune más persistente a la vacuna y permite una dosis más baja de la vacuna que se utilizará.
Respecto a los adyuvantes se piensa que para mejorar la respuesta inmune es manteniendo la antigen(s) cerca del sitio de la inyección para que pueda accederse fácilmente por las células del sistema inmunitario. La presencia de los adyuvantes en vacunas a menudo puede estar asociada con las reacciones locales que ocurren en el sitio del inyección después de la vacunación.
Timerosal
Es un conservante que contiene mercurio que se agrega a los frascos de vacunas que contienen más de una dosis para prevenir la contaminación y el crecimiento de bacterias potencialmente dañinas.
Varios preservativos están disponibles, incluyendo timerosal, fenoxietanol y formaldehído. Timerosal es más eficaz contra las bacterias, tiene mejor vida útil y también aumenta la potencia, la seguridad y la estabilidad de la vacuna.
Timerosal ya no está en uso en Estados Unidos y en la Unión Europea, como medida de precaución debido a su contenido de mercurio. Aunque se ha señalado en repetidas ocasiones que timerosal contribuye al autismo, no hay evidencia concreta para demostrar esta correlación. Fuente: News Medical Life Sciences».
Nunca ha sido mi intención establecer planteamientos inamovibles. Como segudidora de los avances que tienen que ver con el mundo sanitario, procuro elegir fuentes que se apoyan en estudios correctamente diseñados o aluden a sociedades científicas.
Ya para finalizar, simplemente añadir que jamás tendré ningún inconveniente en reescribir alguno de mis posts y actualizarlo en función de las novedades que vayan surgiendo, aún cuando esas novedades sean contrarias a lo que se postuló en un momento dado.
No es cuestión de menospreciar, ridiculizar o insultar a nadie.
Tengo muy claro que mi blog es de temática sanitaria, y cuando hablamos de sanidad, puede haber y de hecho hay muertos sobre la mesa, fruto de algunas prácticas o formas de pensar; por ejemplo, recientes fallecimientos de niños y adolescentes por enfermedades infecciosas que no se hubiesen producido si hubiesen estado vacunados.
Las vacunas son fármacos, sí por supuesto. Pero la definición de fármaco es la siguiente:
Un fármaco es toda sustancia diseñada y preparada para que pueda ser utilizada bajo la prescripción de un médico o de un farmáceutico (fármacos que no requieren receta médica), sabiendo que dicho fármaco está sometido siempre a relación beneficio/riesgo; cuando esa relación es positiva, el fármaco se autoriza y comienza a comercializarse; cuando tras la comercialización del fármaco se observan graves efectos secundarios que no habían aparecido en los estudios efectuados en la fase clínica, ese fármaco se retira del mercado, o bien, se permite su uso para unas condiciones muy concretas, de modo que la consecución de dicho fármaco requiere la cumplimentación de una serie de documentos que aseguren que ese medicamento se va a usar en el caso concreto para el que está autorizado.
Un afectuoso saludo
¡Hola Adela!
Un tema polémico, sin duda, el que planteas en este post.
Confío en la medicina, no tanto en el negocio que haya detrás, y también me convencen terapias alternativas pero, siendo sincera, solo para casos menores. Por miedo, por desconocimiento, no lo tengo claro, pero cuando se trata de la salud ¡no me la juego!
Lo que sí tengo muy claro es que una cosa son las decisiones que tomemos a título individual, como adultos autónomos, y otra diferente es la decisión sobre los pequeños de las familias. Ahí el tema se pone serio y no se me ocurre otra alternativa que confiar en el sistema sanitario.
Un abrazo
Gracias Amaya por tu comentario.
A estas alturas de la película, negar algunas prácticas de los laboratorios farmacéuticos, sería un cinismo, pues son más que cuestionables, y en algunos casos inmorales.
Ahora dicho esto, hay que intentar seguir las recomendaciones que dan los profesionales del sector, agrupados en las diferentes sociedades científicas, y si estos dicen que tal o cual fármaco es conveniente usarlo, pues lo más correcto y más seguro para todos es seguir esas recomendaciones.
El problema concreto de las vacunas, es que porque yo sea padre o madre y piense de una determinada forma, no tengo ningún derecho a jugar con la vida de mi hijo, y especialmente cuando hablamos de enfermedades infecciosas, donde ya no sólo se perjudica quién no se ha vacunado, sino que también puede verse afectado cualquier otro de su entorno, y eso ya, …, son temas de mucha enjundia.
Un afectuoso saludo
En mi país República Dominicana es obligatorio el vacunar a los hijos. Con este post he visto que es muy importante vacunar a los hijos, al final es cuidarse en salud y evitar gastos futuros en dinero.
Nunca me he detenido en evaluar los beneficios de la vacuna de la manera que lo planteas.
Saludos.
Gracias por tu comentario Alexandra.
Realmente el tema de la vacunación es un tema de salud pública, pues la no vacunación, puede generar la aparición de enfermedades infecciosas que se previenen con la correspondiente vacuna, y lo peor no es eso; es que yo, padre o madre de la criatura puedo decidir no vacunar a mi hijo (cuestión discutible, pues a mi modesto entender, ser padre o madre no te da derecho a hacer lo que te plazca con tu hijo), pero si éste desarrolla una enfermedad infecciosa, puede contagiar a otros niños de su entorno, con lo cual, ya estamos hablando de temas mayores.
En definitiva, las vacunas que integran el calendario vacunal infantil son vacunas necesarias porque evitan problemas mayores (enfermedades infecciosas que pueden acabar en muertes, cosa que en España ya ha ocurrido). Realmente la persona adulta puede hacer con su vida lo que quiera (hasta cierto punto, siempre que no perjudique al vecino), pero cuando se habla de menores de edad, hay que tenerse a lo que establecen las autoridades sanitarias, pues no es conveniente dejar que los niños se conviertan en conejillos de Indias; si lo vacuno, ¿qué pasa?, y si no lo vacuno ¿pasa algo?. En fin, cuestiones como estar todo el día rizando el rizo.
Un afectuoso saludo